El Mundial de Qatar 2022 arranca después de una fase de clasificación que ha durado prácticamente desde que terminara la anterior cita, en Rusia. Precisamente, el anfitrión de 2018 no podrá participar en esta edición al sumarse a la larga lista de selecciones que no han participado en Mundiales por motivos políticos.
La invasión rusa a Ucrania provocó que la FIFA tomara cartas en el asunto y excluyera a la selección de la repesca que debía jugar con Polonia, Suecia y República Checa. De igual modo, la UEFA les dejó sin participar en la fase de clasificación para la Eurocopa 2024 y vetó a los equipos rusos de la Champions, Europa League y Conference League.
Pero Rusia no ha sido ni mucho menos la única selección que no ha participado en un Mundial por motivos políticos. De hecho, cuando aún formaban parte de la Unión Soviética, estuvieron sin participar en un torneo hasta 1958 al considerar esta cita un instrumento de propaganda occidental.
También descartaron acudir al Mundial de 1974 al negarse a jugar la repesca contra Chile en el Estadio Nacional, donde el dictador andino Augusto Pinochet había torturado a varios de los detenidos después del Golpe de Estado decretado en el país un año antes.
Los boicots a los Mundiales fueron algo habitual en los primeros años en el torneo. En la primera edición, en Uruguay 1930, sólo acudieron cuatro selecciones europeas (Francia, Bélgica, Yugoslavia y Rumanía) por el alto coste del desplazamiento en barco hacia el país charrúa.
Esto provocó que en la siguiente cita, en 1934, Uruguay y otros estados de Sudamérica como Paraguay o Bolivia se la devolvieran a Italia. Sólo Brasil y Argentina estuvieron presentes en el país transalpino, en el que por única vez hasta la fecha no estuvieron presentes los vigentes campeones, los uruguayos.
En 1938, la FIFA decidió repetir sede en Europa y esto provocó que Uruguay volviera a boicotear el torneo, esta vez junto a Argentina. Tampoco jugó Austria, a pesar de clasificarse, después de que la Alemania Nazi se anexionara el país en el Anchluss y varios de sus jugadores pasaran a competir bajo la camiseta germana.
Sin Mundial en 1942 y 1946 por la II Guerra Mundial, la competición volvió en Brasil 1950 por primera vez con Inglaterra. Las naciones del Reino Unido, como los ingleses, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, se habían negado a participar hasta entonces al creer que existía demasiada "intervención extranjera" en el deporte que ellos crearon.
En Brasil tampoco estuvieron, aparte de la ya mencionada URSS, otros países del bando comunista como Hungría o Checoslovaquia. Tampoco Japón o Alemania, excluidas por la FIFA después de la II Guerra Mundial, que aún no habían tenido tiempo de recuperarse de la derrota. Aunque sin duda, la nota curiosa la puso la India, que se negó a jugar por no permitirles la organización disputar sus partidos ¡descalzos!
En 1958 ya participó la URSS pero no lo hicieron selecciones como Turquía, Sudán, Egipto e Indonesia. El motivo fue que declinaron participar en una fase clasificatoria en la que sí estaba presente Israel, al no reconocer el país hebreo.
Si los estados asiáticos se negaron en esa edición, en el Mundial de Inglaterra 1966 fue el turno de los africanos, que realizaron un boicot general al destinar la FIFA una única plaza para el torneo para toda África, Asia y Oceanía. Antes había sido castigada Sudáfrica, vetada hasta 1998 por las políticas del apartheid en el país.
Corea del Norte en 1970 por no jugar contra Israel o Irán en 1982 por la Revolución Islámica fueron otras selecciones que se retiraron por el camino hasta llegar a 1994. Ahí llegó otra de las sanciones de la FIFA más conocidas al expulsar a Yugoslavia por la Guerra de los Balcanes. Tampoco estuvo presente Libia por unos atentados atribuidos al gobierno de Ghadafi unos años antes.
Afganistán también ha boicoteado varias ediciones por su antioccidentalismo y las sanciones más recientes llegaron en Rusia 2018. En ese torneo no estuvieron presentes Zimbabwe ni Indonesia por las deudas de la federación con integrantes del equipo.
La FIFA introdujo una norma en la que prohibía injerencias gubernamentales en sus selecciones, algo que provocó rumores de sanción a Irán por toda la polémica en torno al apoyo de las protestas en el país anti velo de jugadores como Azmoun. Otro ejemplo más de que los motivos políticos están muy presentes también a la hora de señalar a los ausentes de un Mundial.