Alemania estaba perdida, sin alegría, sin gracia, a merced de una España mucho más clínica y precisa con la pelota. La única esperanza era Jamal Musiala, un chico de 19 años, hecho de goma, capaz de desbordar en una baldosa y que, en un arrastre en el área, le sirvió a placer el 1-1 a Niclas Fullkrug; salvando los muebles de Alemania y reviviendo a su selección.
Jamal Musiala, nacido en Stuttgart, pero criado en el fútbol inglés, a la vera de la cantera del Chelsea, demostró este domingo en el Al Bayt de Qatar que es capaz de echarse a toda una Alemania a sus espaldas. Todo, con unos datos espectaculares. Completó el 100 % de sus centros, el 85 % de sus pases fueron precisos, tocó la pelota 47 veces, regateó con éxito más del 50 % de las veces, ganó siete balones en el suelo y repartió la asistencia del único gol alemán.
Pero no todo son los pases en uno de esos futbolistas que regalan al ojo. Da gusto ver a este chico coger la pelota y deshacerse de rivales con la misma facilidad con la que lo hacía Pedri en el otro lado del campo. También verle conducir la pelota pegada al pie, como si sus botas estuvieran impregnadas con pegamento. O incluso verle escurrirse entre líneas y descubrir que sus piernas están talladas con el talento de unos pocos elegidos.
"Ha sido el mejor jugador de Alemania", exclamó en la cadena británica BBC Alan Shearer, la leyenda del fútbol inglés. "Para alguien que es tan joven, ha sido capaz de darle mucho a Alemania", añadió.
Musiala supone el máximo exponente del cada vez mayor éxodo de talento inglés fuera de las islas. A las salidas de Jude Bellingham y Jadon Sancho al fútbol alemán, le siguió la de un Musiala que se fue incluso más joven que ellos y que decidió representar a Alemania. Tenía tres opciones, Nigeria, por sus padres, Inglaterra, porque vivió ahí desde los siete años, y Alemania, por haber nacido en Stuttgart. Pese a haber jugado desde 2016 hasta 2020 en las categorías inferiores inglesas, desde el sub15 hasta la sub21, Musiala anunció en febrero del año pasado que elegía Alemania.
A lo largo de su meteórica carrera ha logrado ya ser el más joven en jugar con el Bayern de Múnich en Bundesliga y el más joven del Bayern en marcar un gol. Ahora recae sobre sus hombros la presión de llevar la creatividad de su selección. Le desahogó y le permitió lucirse aún más la salida de Leroy Sané, una dupla a la que Alemania se agarra para que este Mundial no acabe en la próxima jornada, cuando se enfrenten a Costa Rica.