El estadio 974, el primero en la historia cubierto desmontable y reutilizable por completo y construido con contenedores marítimos y acero, ha comenzado a ser desmantelado tras albergar su último partido el pasado 5 de diciembre, en la victoria de Brasil por 4-1 frente a Corea del Sur en los octavos del Mundial de Qatar 2022.
El ruido de la afición de México que se dio cita el pasado 22 de noviembre para el primer partido de la historia en este estadio ha dado paso al material de obra, una grúa y el silencio de un lugar que ya ha cumplido su función.
De momento, los avances en el desmontaje de la parte exterior son menores a simple vista. Con contenedores ya retirados que recobrarán su utilidad, como estaba previsto, en otro lugar que, según pudo confirmar EFE este sábado, está aún por determinar por parte del Comité Supremo para la Entrega y el Legado de Catar.
El 974, uno de los tres estadios -junto a Ciudad de la Educación y Al Thumama- del Mundial de Qatar 2022 diseñado por el estudio de arquitectura español Fenwick Iribarren está situado en la zona portuaria de Doha, muy cerca del zoco y el centro de la capital, y rinde homenaje a la tradición comercial y de navegación catarí.
Su nombre no sólo es el código internacional telefónico de Qatar, sino también el número exacto de contenedores marítimos utilizados en la construcción.
Tras su contribución al Qatar 2022, acogiendo siete encuentros, una de las opciones de futuro es que acoja otro Mundial en el futuro.
“Decidimos hacer un estadio que desaparezca después del Mundial, que se pueda transportar, que se pueda desmontar y montar en el siguiente Mundial. Y, obviamente, la pieza de transporte mundial es el contenedor marítimo, es como el ladrillo del transporte, es como un Lego”, dijo antes del Mundial a EFE Mark Fenwick, cofundador del estudio Fenwick Iribarren Architects.