Los nervios de Antonela se convierten en icono de la final: toda Argentina se ve representada

Una final épica. Una montaña rusa que difícilmente olvidarán los aficionados al fútbol en muchas décadas. Argentina es campeona del mundo por tercera vez y Messi, al que muchos le negaban el título de mejor del mundo por no tener la corona planetaria, se ha consagrado con tres goles (uno en la tanda de penaltis). Y, por supuesto, una de las hinchas que más nervios ha sufrido en la grada es Antonela Roccuzzo, su mujer, que vivió el éxtasis del partido con sus hijos en la grada del estadio de Lusail.

El Mundial de Messi, el sello final de una leyenda única

Messi ha cuajado un partido casi perfecto. Convirtió el penalti que hizo Dembelé sobre Di María para encarrilar la final. Después, cuando todo parecía que la final iba a ser albiceleste, llegó la locura. Una pérdida de balón del propio Leo generó la jugada del empate a dos de Francia y se desató una de las finales más eléctricas de la historia de los Mundiales. Messi pudo hacer otro más, el tercero, en la prórroga. Pero aún habría de sufrir un poco más. Empató Francia con un nuevo penalti en el 118 y se llegó a la tanda de los once metro. La locura. Allí, Messi decidió tomar la mayor de las responsabilidades. Lanzar el primero de su equipo y justo después de ver a Mbappé meter su penalti. El rosarino no falló y dio el pistoletazo de salida a una tanda perfecta de los argentinos que aprovecharon los dos errores de Francia.

Argentina es la flamante campeona del mundo y desempata a títulos precisamente con Francia, que se queda con dos estrellas. La tercera de argentina es también la primera de Messi, que pone a su trayectoria con este título un broche de oro, el más importante de su carrera.