La Copa del Mundo de Leo Messi; la desolación de Kylian Mbappé; las lágrimas de Cristiano Ronaldo tras la eliminación contra Portugal; la instantánea de la alineación alemana con la boca tapada; la celebración de Argentina frente a Países Bajos en el tenso duelo de los cuartos de final; la indignación de Uruguay al término de su partido contra Ghana; el llanto de Luis Suárez; el penalti fallado por Harry Kane en los cuartos de final ante Francia; el consuelo de Luka Modric a Neymar y el primer partido de la historia dirigido por una árbitra, Stephanie Frappart, componen diez imágenes del Mundial de Qatar 2022.
23 de noviembre. Estadio Khalifa. En Al Rayyan. En el controvertido comienzo del Mundial, entre la amenaza de la FIFA con una tarjeta amarilla a cada capitán de las ocho selecciones europeas que se proponían jugar con el brazalete 'One Love', con un diseño de un corazón con los colores arcoiris para reivindicar la igualdad y los derechos en Qatar, ninguno de ellos lució tal símbolo, pero Alemania ideó una protesta a ojos de todo el mundo: en la foto de la alineación inicial en el partido contra Japón, los once jugadores se taparon su boca como protesta contra la censura de la FIFA.
1 de diciembre. Estadio de Al Bayt. En Al Khor. Por primera vez en todos los tiempos de los Mundiales, que se remontan a 1930, una árbitra dirigió un encuentro del torneo, 92 años después de la inauguración. En Qatar 2022. La francesa Stéphanie Frappart, junto a la ruandesa Salima Mukasanga, la japonesa Yoshimi Yamashita, la brasileña Neiza Back, la mexicana Karen Díaz Medina y la estadounidense Kathryn Nesbitt, hacen historia en el partido entre Costa Rica y Alemania, ganado por el conjunto germano por 2-4.
2 de diciembre. Estadio de Al Janoub. En Al Wakrah. Uruguay se queda fuera de los octavos de final por sus deméritos en las dos primeras jornadas y por un gol a última hora de Corea del Sur contra Portugal. Está eliminada por un simple tanto en la diferencia general. Le habría bastado con un gol más en su triunfo por 2-0 sobre Ghana. Reclama un penalti a Darwin Núñez. Otro a Edinson Cavani después. El árbitro, el alemán Daniel Siebert, no señala ninguno. El primero lo revisa en el VAR, el segundo no. En cuanto pita el árbitro, Cavani, Godín o Giménez dirigen su indignación al colegiado. El delantero da al monitor, el central del Atlético de Madrid eleva el codo y golpea por detrás a un empleado de FIFA. La sanción está a la espera. En el banquillo, entre tanto, Luis Suárez llora desconsolado. Se tapa la cabeza. Su llanto marca el fin del Mundial para él. "Que mi hijo de cuatro años vea a su padre despedirse con esta imagen de tristeza es duro para un padre", afirmó el '9'.
9 de diciembre. Estadio Ciudad de la Educación. En Al Rayyan. Por delante en el marcador en el minuto 106, con un golazo de Neymar, Croacia empata en el 117, por medio de Petkovic, y fuerza los penaltis para superar a Brasil. La favorita queda fuera. Desolados, Neymar no puede parar de llorar. Tampoco Rodrygo Goes, que ha fallado el primer lanzamiento desde los once metros. A ellos, mientras sus compañeros celebran la hazaña de alcanzar las semifinales por segundo Mundial consecutivo, Modric se acerca para abrazarlos, para consolarlos en un momento tan triste. "Estoy destruido psicológicamente y ésta, con seguridad, fue la derrota que más me dolió, que me dejó paralizado durante diez minutos y luego caí a llorar sin parar. Dolerá por mucho tiempo", expresó Neymar.
9 de diciembre. Estadio de Lusail. La tensión desbordada, la prórroga provocada en el instante final, las discusiones, los enfrentamientos, marcan el partido entre Argentina y Países Bajos por una puesto en las semifinales que se dirime en los penaltis. Ha parado ya dos penas máximas Emiliano 'Dibu' Martínez, Lautaro marca el octavo lanzamiento para dar el triunfo a su equipo, cuya celebración copa las páginas web y las portadas de la prensa, con la celebración de los jugadores argentinos entre la desolación de los neerlandeses. "Se jugó como tenia que jugar, tanto del lado de Holanda como de Argentina. El fútbol es esto. Hay que sacar el tabú de que no sabemos ganar o perder", advirtió Lionel Scaloni.
10 de diciembre. Estadio Al Thumama. Marruecos ha eliminado a Portugal y a Cristiano Ronaldo, que toma el camino del vestuario, solo, directo, sin inmutarse por nada ni por nadie, asume el golpe de su despedida del Mundial 2022 entre toda la vorágine que afectó a su figura de principio a fin, se dirige hacia el túnel... Y rompe a llorar. Las cámaras visibilizan uno de los momentos del torneo, las lágrimas de un goleador único que se despide de un torneo único que no ganará jamás. El único que ha marcado en cinco Mundiales. Una hazaña de un palmarés impresionante... E incompleto. Le falta la Copa del Mundo.
10 de diciembre. Estadio Al Bayt. En Al Khor. Un penalti de Theo Hernández a Mason Mount en el minuto 82, revisado y confirmado por el VAR, da la oportunidad de Inglaterra de empatar contra Francia en los cuartos de final del Mundial. El goleador inglés, que ya ha marcado una pena máxima anterior, coloca la pelota, se prepara para lanzar frente a su compañero y amigo en el Tottenham Hugo Lloris y dispara alto, demasiado alto, para acabar con la última esperanza de clasificarse de su equipo, eliminado de la competición por el fallo de Harry Kane. Francia sobrevive. Mbappé también.
14 de diciembre. Estadio Al Bayt. En Al Khor. Marruecos vislumbra ya la eliminación. El segundo gol de Francia, marcado por Kolo Muani, es la sentencia. No desiste jamás. Ni con el 2-0 en contra. El público se pone en pie para aplaudir a la selección marroquí, para expresarle su agradecimiento por hacerlos soñar en grande en el Mundial 2022. La semifinal, el único partido en el que superó a su rival en la posesión, marca el fin de su impresionante aventura en Qatar 2022. Por primera vez, una selección africana superó la barrera de los cuartos de final. El árbitro pita el final. Todos los jugadores dirigidos por Walid Regragui se caen al suelo, desolados, sin fuerzas, por la dimensión de su esfuerzo.
18 de diciembre. Estadio de Lusail. Ni siquiera el segundo triplete en una final de la historia de los Mundiales -el único anterior databa desde 1966- ocultó la decepción del astro francés, un futbolista descomunal, sin el que Francia habría sido devorada mucho antes por Argentina. Si llegó a los penaltis, fue por sus tres goles, dos de ellos desde los once metros, pero otro un gol de difícil transformación. Su camino entre Macron y sus compañeros expresó la desolación que sentía un tipo ganador.
18 de diciembre. Estadio de Lusail. Había esperado tanto tiempo ese momento, único, icónico. Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018... Hasta Qatar 2022. Hasta su último Mundial. En los penaltis, entre la agonía de una final increíble, trepidante, incierta, ganó el torneo. Y lo celebró con la afición. Saltó, sonrió, gritó... Y la agarró. Por fin. La levantó al cielo, con su equipo, con el que ha formado un grupo espectacular que el domingo dominó el mundo. Messi a lo hombros de Agüero. Como Maradona en 1986.