Radja Nainggolan decidió hace unos meses volver a los terrenos de juegos de la mano del Lokeren-Temse, en la segunda división belga, pero más allá de lo que pueda dar su rendimiento deportivo, el futbolista acaparó todos los focos hace unos meses al ser detenido dentro de una operación contra el narcotráfico en Bélgica.
Ahora, en libertad con cargos, ha concedido una entrevista en Bar Goes y ha aclarado que sí que pidió una suma importante de dinero, pero no para "financiar el tráfico ilícito".
El futbolista belga aclara el motivo por el que pidió ese dinero y asegura que tenía que ver con sus deudas. "¿La razón? Necesitaba liquidez. Mis cuentas habían sido congeladas debido al divorcio y había acumulado deudas de juego".
Según él, nada tenía que ver con la teoría que la Fiscalía había planteado sobre una posible red para blanquear dinero. "No eran ellos los que necesitaban dinero, era yo. Pedí ayuda con una situación personal. Nunca ha habido ninguna conexión con el narcotráfico", aseguró.
El futbolista recibió un préstamo de 100.000 euros para financiar sus gastos en el casino y saldó su deuda, según esa versión.
De ahí que pidiera dinero prestado, según su versión, a varias personas, entre ellas Nasr-Eddine Sekkaki, criminal de 34 años con más de treinta condenas a sus espaldas y el pequeño de varios hermanos implicados en robos, atracos, fugas y narcotráfico en Bélgica. Actualmente se encuentra en libertad condicional.
En general, el prestamista sacaba dinero de la cuenta de su madre y se lo entregaba al deportista en efectivo en billetes de 100 euros y este devolvía después el dinero a la misma cuenta en transferencias de entre 5.000 y 30.000 euros, en algunas de las cuáles escribía "inversión en construcción" como concepto del pago.