El jugador del Rayo Vallecano Antonio Amaya, que ha pasado a disposición judicial después de ser detenido este martes por la Guardia Civil cuando circulaba a 234 kilómetros hora en la M-301, en Madrid, en una zona de velocidad limitada a 100 kilómetros por hora, no será sancionado por el club.
La intención del club madrileño, después de conocer los hechos acaecidos el martes 1 de septiembre, es no sancionar al jugador por una situación que pertenece a su "vida privada" y que se debe resolver por la vía judicial tras la infracción.
Los Agentes del Sector de Tráfico de Madrid, que se encontraban realizando servicios de vigilancia en carretera, detectaron un automóvil que circulaba a gran velocidad e inmediatamente alertaron a la Central Operativa de Tráfico Sur.
Un patrulla logró interceptar al vehículo, un Porche Panamera, y detener a su conductor, a quien se le imputa un delito contra la seguridad vial, recogido en el artículo 379.1 del Código Penal.
Amaya se enfrenta a una posible pena de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y en cualquier caso a la privación del permiso de conducir de uno a 4 años.
El jugador madrileño, que llegó tarde al entrenamiento matutino del martes debido a este incidente, se volvió a ejercitar este miércoles con normalidad junto a sus compañeros.