La salida de Lass Bangoura del Rayo Vallecano rumbo al Stade de Reims francés, la segunda del jugador en un mercado de invierno tras la pasada al Granada, supone un capítulo más en la relación inestable y llena de altibajos que han tenido el delantero guineano y el técnico Paco Jémez desde que sus caminos se cruzaron en 2012.
La irrupción de Lass en el primer equipo fue fulgurante y se remonta al último tramo de la temporada 2010/2011, cuando José Ramón Sandoval, técnico artífice del ascenso a Primera, apostó por el guineano para el ataque franjirrojo.
Lass, que cumplió el sueño de debutar en Primera frente al Athletic, en San Mames, el 28 de agosto de 2011, se ganó pronto un hueco en el once titular del Rayo y en el corazón de la afición, aunque su rendimiento fue de más a menos a lo largo de aquella primera temporada en la máxima categoría.
La llegada de Paco Jémez al Rayo en junio de 2012 auguraba un buen futuro deportivo al guineano y Lass respondió en el campo siendo un hombre importante y contribuyendo de manera destacada al histórico octavo puesto liguero, con 32 encuentros disputados en los que marcó tres goles, todos importantes en las victorias frente al Athletic, Atlético de Madrid y Getafe.
A nivel deportivo, la situación se empezó a torcer la campaña 2013/2014. Su bajo rendimiento, unido a la irrupción del canterano Adrián Embarba y la llegada de Rubén Rochina en el mercado de invierno, le hicieron pasar el último tramo del campeonato en el banquillo, aunque aún así disputó un total de treinta y un partidos.
En verano de 2014, cuando parecía que su salida era inminente debido a los refuerzos para la banda derecha del portugués Licá, el mexicano Javier Aquino y la continuidad de Adrián Embarba, fue Jémez quién frenó su marcha en un principio.
Las demandas de Jémez en el plano deportivo no encontraron respuesta por parte del jugador en los entrenamientos y Lass pasó la primera vuelta del campeonato casi inédito, con solo un partido liguero disputado, el correspondiente a la jornada dos frente al Deportivo.
Esos meses transcurridos entre septiembre y diciembre de 2014 fueron los peores de Lass en el Rayo, puesto que a la falta de minutos se unieron dos situaciones que le afectaron personalmente.
Una fue la pérdida de su hermano pequeño y la otra el revuelo mediático que generó su decisión de abandonar la concentración de su selección debido a los numerosos casos de ébola que se estaban produciendo en su país, que se estaban extendiendo por el norte del continente africano y que se vieron amplificados en España con el contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero.
En busca de minutos, el jugador salió cedido en enero de 2015 rumbo al Granada, dónde se reencontraría meses más tarde con José Ramón Sandoval, el técnico que lo hizo debutar en Primera y que volvió a confiar en él para buscar la permanencia del conjunto nazarí en los últimos partidos.
En la negociación para su cesión al Granada, el entorno del jugador filtró la posible existencia de una cláusula por la que el futbolista, en caso de seguir Jémez la siguiente temporada, no volvería al club, cuestión de la que el entrenador habló en su momento.
"Hace bien en pedir la cláusula. Cada uno tiene que mirar por sus intereses y si él cree que conmigo no va a jugar hace bien en pedirla. Yo de todas formas si me quedo en el Rayo no voy a pedir una cláusula anti-Lass. Yo tengo mucha más clase y más respeto hacia las personas que todo eso, pero podría pedirla también. Y no lo voy hacer. A Lass le tengo mucho cariño y me gustaría que la gente que está a su lado fuese gente que lo quiere, que lo apoya y que lo ayuda", dijo Jémez el 7 de enero de 2015.
Tras su regreso al Rayo, su situación dentro del equipo pareció estabilizarse, aunque con el paso de los meses, pese a que su papel estaba siendo más destacado, pronto volvieron a surgir roces con Paco Jémez.
El 29 de octubre de 2015, Jémez expulsó al jugador de un partido de entrenamiento contra el filial recriminándole su falta de ganas para correr durante el juego.
Un mes después, el 2 de diciembre, tras ser sustituido en el minuto 69 del partido frente al Getafe, jugador y técnico protagonizaron una bochornosa escena sobre el césped del estadio de Vallecas en la que hubo gritos y casi llegan a las manos.
Ese incidente se arregló con una conversación privada en el vestuario y no le pasó factura al jugador, que siguió contando con minutos para Jémez, que lo utilizó en otros ocho encuentros hasta que, por sorpresa, desapareció de la convocatoria frente al Celta de Vigo el 23 de enero. Preguntado por su ausencia, el técnico fue tajante en su respuesta.
"Lass, Felipe Miñambres (director deportivo) y el presidente (Raúl Martín Presa) saben cuál es mi opinión y saben a qué atenerse. No voy a decir que se quede ni que se vaya. Los tres saben cual es mi idea y mi mensaje. Lo que ellos hagan ahora es suyo. Ellos tienen información de lo que quiero y se lo he manifestado", declaró Jémez, el 24 de enero.
Ese mensaje del técnico lo captó el jugador para contradecir con hechos lo que solo tres días antes había manifestado en rueda de prensa Miñambres. "Han llegado ofertas y la idea es que se quede. En otros momentos pensó en salir, pero ha pedido quedarse. Comenta que su equipo del corazón es este y quiere ayudar a que siga en Primera. No vería con buenos ojos salir ahora y dejar al equipo así".
Su cesión al Stade de Reims es el último episodio en la trayectoria deportiva de Lass Bangoura, que buscará reinvindicarse en el fútbol francés antes de regresar en verano al Rayo Vallecano, que de momento no tiene inquilino en el banquillo para la próxima temporada, puesto que Jémez acaba contrato el 30 de junio y su continuidad es una incógnita.