El centrocampista chileno Manuel Iturra, que recaló en el Rayo Vallecano en el mercado de invierno, ha tenido un discreto paso por el conjunto madrileño hasta el punto que en los últimos dos meses se convirtió en un descarte habitual de las convocatorias de Paco Jémez."Cuando me llegó la oferta del Rayo no lo pensé. Jugué bastante tiempo en España y estoy acostumbrado a su fútbol. Estoy adaptado a la calidad de vida y me encanta la filosofía del entrenador Paco Jémez. Vengo con la intención de aportar mi granito de arena y voy a estar muy a gusto aquí", dijo Iturra, en su presentación, el 3 de febrero.
Tres meses y medio después, Iturra, cedido por Udinese, ha pasado de ser un prometedor revulsivo a ser un actor secundario en su equipo viendo a sus compañeros desde la grada, algo habitual las últimas semanas.
El centrocampista chileno debutó el 12 de febrero, frente al Sporting, al sustituir en el descanso a Quini. La siguiente jornada contra el Sevilla ocupó una plaza en el banquillo y desde entonces encadenó cuatro partidos de titular, con una ausencia en la jornada 28 frente al Espanyol tras ser expulsado en el duelo ante el Barcelona.
Su rol cambió a partir del 19 de marzo. Ese día, el Rayo acudió a Granada y el chileno, exfutbolista del conjunto andaluz, no cuajó un buen partido y cometió un grave error al perder un balón que le costó un gol a su equipo en una cita vital para sus opciones de permanencia.
Ese error hizo que Jémez lo sustituyera al momento en el partido de Los Cármenes, dando inicio a un calvario que ha durado casi dos meses para el futbolista chileno.
Desde entonces, los siguientes cuatro encuentros frente a Getafe, Athletic, Villarreal y Málaga, en los que su equipo sumó siete puntos, los vio a distancia al no ir convocado por decisión técnica, pese a las bajas de jugadores que ocupaban su misma demarcación como Raúl Baena o Jozabed.
Regresó el 23 de abril frente al Real Madrid y jugó 36 minutos en la segunda mitad, pero de nuevo su actuación no estuvo a la altura de lo esperado y un sector de la afición de la tribuna central del estadio de Vallecas lo criticó con pitos al no aportar el físico que su equipo necesitaba en el momento clave del choque.
Para el final de temporada, Paco Jémez lo vio claro. Lo dejó fuera de la lista contra el Atlético de Madrid, no lo alineó contra la Real Sociedad y vio el último choque ante el Levante desde la grada. La despedida fue sobre el césped, llorando con sus compañeros el descenso a Segunda.