Situación comprometida para Quique Sánchez Flores. El Espanyol ha sumado este lunes una nueva derrota en Liga que le acerca con peligro a la zona de descenso. El gol de Timor fue suficiente para un Girona bien plantado y que supo frenar las acometidas del conjunto perico, falto de ideas y sin apenas reacción ni ocasiones de gol.
Y en estas circunstancias, como siempre, el señalado es el entrenador. El Espanyol apenas ha sumado tres puntos de los últimos 15 que se han disputado en Liga y el poco ímpetu del equipo en el tramo final hizo que parte de la afición del RCDE Stadium cantara contra el técnico. "Quique, vete ya", se oyó durante varios segundos.
Lo cierto es que el grito no fue ni mucho menos unánime, más bien tímido. Pero se trata de un primer aviso a un técnico que el curso pasado cuajó una gran temporada en el banquillo de Cornellá y es que este año no termina de encontrar el rumbo de un equipo que acaba la jornada con 16 puntos y sólo cuatro por encima del descenso.
"Su reacción es correcta, si nos les gusta, se tienen que expresar. Que lo hagan en contra del técnico es mejor que contra los jugadores, a ellos los necesitamos bien y si para eso es necesario que me critiquen a mí, mucho mejor", respondió el técnico posteriormente en rueda de prensa cuando fue cuestionado acerca de dichos pitos.
Aún así, Quique se ha mostrado tranquilo de cara a su futuro: "Estoy bien, tomé mis decisiones este verano y decidí quedarme. Ahora me toca asumir todo lo que venga", agregó. "Como entrenador no pienso cuánto duraré o qué piensan en mí el consejo. Me importa lo que piense la afición, este es el mismo entrenador que el año pasado".