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El Espanyol 'maquilla' una temporada para olvidar con un final meteórico

El Espanyol ha cerrado la temporada 2017-18 con trece puntos de los últimos quince disponibles, un final espectacular (undécimo con 49 puntos) para una campaña claramente convulsa, marcada por la destitución del entrenador, Quique Sánchez Flores, y del director deportivo, Jordi Lardín.El curso arrancó con las expectativas altas, aunque poco a poco el sueño europeo era poco menos que una utopía. La falta de regularidad y su rendimiento como visitante lastró al grupo: los aficionados pasaron de mirar a los puestos continentales a sacar la calculadora para comprobar las opciones de descenso.
El Espanyol nunca ha tenido un riesgo real de bajar a Segunda, pero el mazazo por el cambio de guión fue decepcionante para los pericos. Los dirigentes del club ya se plantearon mover el banquillo después de las palabras de Quique Sánchez Flores tras el partido contra el Getafe, en las que afirmó que el equipo no daba para más.
La relación con el técnico había sufrido algunos altibajos, el más claro con la reunión del preparador madrileño con los responsables del Stoke City inglés para perfilar su futuro en enero. El 20 de abril, Quique fue destituido oficialmente, junto al director deportivo, Jordi Lardín.
El terremoto deportivo se solucionó con la llegada del entrenador del filial al primer equipo, David Gallego. Su aterrizaje fue un bálsamo impagable para la plantilla, que recuperó la sonrisa, el buen juego y los resultados. En estas cinco últimas jornada de LaLiga Santander no ha perdido y ha sumado 13 puntos.
A nivel individual, el rendimiento del delantero Gerard Moreno ha sido lo más destacado de la plantilla blanquiazul. El ariete blanquiazul ha finalizado el curso con unas cifras récord: 16 goles en LaLiga Santander y tres en la Copa del Rey. Es, por mucho, el máximo realizador del equipo y su principal baza.
El Espanyol no volverá a los entrenamientos hasta principios de julio, pero el trabajo no ha acabado para sus dirigentes. La próxima campaña estará marcada por un cambio de política económica: el club recortará gastos y vigilará las fichas elevadas. Además, debe vender por un valor de 17 millones de euros en verano para saldar deuda.
El motivo, el giro en las recomendaciones del gobierno chino para sus empresas, que desaconseja invertir en clubes deportivos extranjeros, entre otros sectores. Esto modificará la actuación del presidente Chen Yansheng, desacelerando sus objetivos, aunque su implicación se mantiene: no abandonará la entidad.
La parcela deportiva, en manos del director general deportivo Óscar Perarnau, se centra ahora en designar un nuevo director de fútbol profesional (que sustituye a la figura del director deportivo) y también otro entrenador. David Gallego podría seguir en el cargo, pero la lista de candidatos es más larga.
Otro de los grandes frentes abiertos del Espanyol son las ventas. A día de hoy, la marcha del punta Gerard Moreno parece inevitable. El atacante tiene una cláusula de 40 millones de euros, pero el Villarreal ostenta el 50 por ciento de sus derechos y podría comprarlo por 20. El club ya ha recibido una oferta.
En el plano institucional, el consejero delegado Ramón Robert fue destituido el pasado mes de enero. Por otra parte, la llegada del nuevo director corporativo, Roger Guasch, supone un giro hacia una mayor profesionalización de la entidad catalana: el plan estratégico se presentará en las próximas semanas.
El curso 2018-19 se presenta con incógnitas. Será un Espanyol, sobre el papel, más modesto y sin tanto brillo, marcado por los ajustes económicos, dentro de la estabilidad financiera del club lograda gracias a la llegada de Chen. Pero el final de la presente temporada invita, de algún modo, al optimismo.

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