El Espanyol convenció a la afición con un estreno en el RCDE Stadium inmejorable contra el Valencia, que mandó durante la primera parte aunque terminó siendo doblegado tras el descanso. Apenas cinco minutos le bastaron a los periquitos para sentenciar, con goles de Granero de falta directa, con VAR incluido, y de Borja Iglesias.
Los de Marcelino tuvieron oportunidad de adelantarse antes del descanso en esta segunda jornada, pero la ambición, la velocidad y la puntería del anfitrión les sobrepasó en la reanudación. El 2-0 que reflejaba el marcador desde el 68 marcó su ánimo, su juego y borró sus opciones de remontada.
El conjunto blanquiazul planteó una versión muy ofensiva en su once inicial, con Borja Iglesias, Sergio García y Baptistao arriba. Rubi buscaba revolucionar el choque desde el inicio y lo logró, combinando con fluidez y a un ritmo ágil. Aún así, tenía problemas para concretar sus ocasiones en los primeros compases.
El Valencia aguantó el tirón del anfitrión y a partir del minuto diez se hizo más dueño del partido. Diego López tuvo que intervenir, sin apenas dificultad, para atrapar los remates de cabeza consecutivos de Rodrigo. Mina, en el 17, examinó los reflejos de la zaga perica, desbordada por momentos. Los de Marcelino mandaban.
Los catalanes, metidos en su campo, habían perdido la chispa inicial. Pasaba media hora en el reloj y todavía no habían chutado entre los tres palos. Sergio García quiso cambiar drásticamente esta estadística y, en el minuto 32, envió el balón al larguero tras un remate de cabeza. El ariete encendió las gradas del RCDE Stadium.
En la misma acción, Hermoso firmó un latigazo que frenó Neto. El Valencia no daba pasos atrás y contestó con una buena ocasión de Rodrigo, invalidada por fuera de juego. El acelerón local parecía puntual. Fugaz. Los de Marcelino tocaban y llegaban arriba con eficacia: suya era la sensación de peligro.
Tras el descanso, volvieron la revoluciones por parte de ambos conjuntos. Granero salvó bajo la línea de gol visitante y Baptistao culminó una contra que acabó en las manos de Neto. El Espanyol insistía con fuerza, quería el gol en su estreno en casa. Finalmente, llegó el premio.
El primer tanto de la tarde se fabricó de falta directa, por manos de Diakhaby, y con suspense. Esteban Granero picó con suavidad el balón muy cerca de la frontal del área y lo estrelló contra el larguero, ante de botar dentro. Los pericos pedían gol. El árbitro consultó al VAR y les dio la razón: 1-0 para los de Rubi en el minuto 63.
Cornellà-El Prat era una fiesta y Borja Iglesias subió el volumen en el 68. El nuevo fichaje del Espanyol firmó el segundo aprovechando un rechace propiciado por un tiro de Baptistao. La afición presenciaba una de las mejores versiones del cuadro blanquiazul.
El Valencia lo intentaba, pero el marcador ya estaba cuesta arriba y le faltaba frescura. Marcelino agotó los tres cambios tras el primer gol, buscando una reacción que no llegaba. Rubi apostó por mantener la misma fórmula y no marcó ningún planteamiento defensivo: la receta funcionaba y el rival estaba muy tocado. No cambió el guión.