El Espanyol se está codeando en la zona alta de la clasificación de Primera división con auténticos gigantes, que multiplican la capacidad económica del club blanquiazul y su inversión en fichajes, ya que la entidad catalana sólo ha desembolsado 18 millones este verano.
Los dirigentes 'periquitos' han fichado al delantero Borja Iglesias por diez millones de euros y han hecho efectiva la opción de compra por el centrocampista Sergi Darder (ocho), mientras que el lateral venezolano Roberto Rosales ha llegado cedido y el resto de altas son futbolistas que han subido del filial.
El Sevilla, primero en el campeonato, ha invertido 76,5 millones de euros en fichajes; el Barcelona (segundo) ha llegado hasta los 125,9 millones; el Atlético de Madrid, que es tercero, 123,5 millones, mientras que el Real Madrid, cuarto en la clasificación, ha gastado en contrataciones 145,75 millones de euros, según datos del portal especializado transfermarkt.es.
El club blanquiazul es el único equipo de la categoría que ha bajado su límite salarial respecto a la temporada anterior. Ha pasado de los 60,9 a los 56,7 millones de euros. La situación de las arcas de la entidad catalana obligaba a ajustar las cuentas, pero esto no ha afectado al rendimiento deportivo.
El director general deportivo, Óscar Perarnau, está acostumbrado a gestionar plantillas con un presupuesto reducido. Ya lo hizo desde que fue nombrado director deportivo en diciembre de 2012, antes de irse del club y volver con la reestructuración del organigrama, cuando construyó un proyecto prácticamente a coste cero.
En este sentido, una de las claves del éxito actual del Espanyol ha sido la confianza de la entidad y del cuerpo técnico en la plantilla, que en un altísimo porcentaje es idéntica a la del curso anterior. Con el nuevo entrenador, Joan Francesc Ferrer 'Rubi', los futbolistas han recuperado la confianza y sacado todo su potencial.
Desde el vestuario no esconden que la llegada del técnico les ha reactivado. Todos se han contagiado de su discurso ambicioso. Como se vio durante el último partido contra el Villarreal, que se ha gastado 82,9 millones este verano.