El RCD Espanyol se estrenó en LaLiga Santander con una derrota en la que más allá del resultado, lo peor fueron las sensaciones, la falta de punch y los pocos recursos que tuvo David Gallego para modificar el partido. El último cambio, la última decisión, un claro mensaje del entrenador.
El equipo pierde por un tanto, quedan diez minutos y la afición comienza a apretar. David Gallego mira al banquillo, busca soluciones y llama a Calero. El central, que es buenísimo, es eso: defensa central.
La afición no se lo explicaba y el run run se instalaba en Cornellá. Sin Borja Iglesias, con Wu Lei sustituido y Ferreyra cansado, la solución era incluir en el verde a un jugador defensivo.
Con la Europa League, la fase preliminar, empezada y el 'caso Borja Iglesias' eterno, el Espanyol se ha presentado en LaLiga Santander con una mala imagen y con una situación preocupante: el recambio de Mario Hermoso 'actuó' como el del Panda.
Muchos señalarán al entrenador y hablarán de 'ataque de entrenador', otros, sin embargo, como el que escribe, entenderán que la decisión de David Gallego no fue más que un claro mensaje para Rufete: "Necesito nuevos hombres", pensará.
Simone Zaza parece ser el señalado para sustituir a Borja Iglesias, sino, aparece el nombre de Calleri. El primer encuentro 'serio' de la Europa League está al llegar y los tres primeros puntos en LaLiga ya han volado de Cornellá.
La derrota, por desgracia, no se puede cambiar. Rufete y su equipo, al menos, aún tienen tiempo para modificar los hechos que llegan.
El mensaje de David Gallego parece evidente.