El RCD Espanyol, acompañado de 3.000 incondicionales, tomó aire con una victoria agónica en La Cerámica ante un Villarreal irregular en un choque marcado por el penalti y la expulsión de Javi López que puso el 1-2 en el marcador a media hora del final.
Hasta entonces, el Espanyol, pese a llegar en puestos de descenso, fue superior, pero, tras esa acción, el Villarreal reaccionó y buscó el empate con alguna opción clara para lograrlo.
El Espanyol, de la mano de Abelardo, planteó el encuentro con cuatro defensas, tras renunciar a los tres centrales, por lo que David López formó en la medular hasta que, tras la expulsión de Javi López, el equipo volvió a situarse con tres hombres en el eje de la zaga tras la entrada de Calero.
El Villarreal no estuvo fino y sus opciones de no perder se basaron más en el corazón y en la superioridad numérica que en la fluidez de su fútbol.
La mayor intensidad visitante en el tramo inicial del choque propició el 0-1 tras un balón de Darder que prolongó Naldo y cabeceó David López, muy poco antes de que Raúl de Tomás dispusiera de una clara ocasión para ampliar la ventaja del equipo catalán.
Tras el tanto del Espanyol, el Villarreal reaccionó y las fuerzas se equilibraron primero, para dar paso tras el ecuador del primer periodo a una fase del partido en la que los locales fueron capaces de jugar más cerca de la meta de Diego López, aunque sin crear ocasiones de peligro.
Igual o más enchufado que en la primera mitad salió el conjunto catalán en la segunda y muy pronto un gran centro de Calleri permitió que De Tomás, en su debut en Liga con el equipo, firmar el 0-2 con un buen cabezazo.
Aunque el Espanyol tenía el encuentro dominado, con media hora parar el final, se produjo una acción determinante. El árbitro señaló penalti por mano de Javi López y expulsó al capitán espanyolista con tarjeta roja. Tras la revisión por parte del VAR, Cazorla batió a Diego López.
El gol cambió diametralmente la dinámica del encuentro, que pasó de la comodidad visitante y las dificultades locales a la creencia por parte del Villarreal de que se podía remontar, al tiempo que al Espanyol, en inferioridad, le quedaba poco más que tratar de defender su ventaja.
El dominio del Villarreal pasó a ser insistente, con Iborra como segundo delantero centro junto a Bacca, con la intención del equipo local de al menos igualar frente al esfuerzo defensivo de su oponente.
Pese a su superioridad, el Villarreal no consiguió que su dominio se tradujera en claridad de cara a la meta de Diego López, hasta que en el minuto 84 Cazorla estrelló un balón en un poste de la portería visitante. Poco después, el meta sacó de la misma escuadra una falta de Ontiveros (m.89).