{mosimage}Oliveira y un triunfo ante el eterno rival han bastado para devolver al beticismo la fe en su equipo y creer que todo es posible, hasta ganar al intratable Barcelona. Los ingredientes hacen presagiar un espectáculo con letras mayúsculas, aunque mucho dependerá de la resistencia bética o de la inspiración azulgrana. Y es que llega a Heliópolis el mejor equipo del momento, de otro planeta cuando se pone el traje de faena y además lo hace con todos sus efectivos. Cierto es también que este Betis tiene arriba la capacidad de desequilibrar en cualquier momento, pero que también ha demostrado sufrir bastante cuando la pelota no obra en su poder.
El viejo tópico de que en esta ocasión los de Chaparro tienen mucho que ganar y poco que perder viene como anillo al dedo para esta noche de fútbol, el problema es que las sensaciones vuelven a ser bastante mejores que la realidad clasificatoria de este Betis, que no logra aparcar el temor del todo. Por todos estos ingredientes se espera que una noche de tanta expectación no acabe en decepción, aunque con los números en la mano un éxito verdiblanco sea sinónimo de irrealismo antes del partido. Después, por suerte para los béticos el fútbol apasiona a millones de personas por su carácter imprevisible.