Encefalograma plano

Si alguien esperaba ver un Betis arrollador por la necesidad y el aliento de los suyos provocando ocasiones en cascada no podía estar más equivocado. Apenas una ocasión clara en cada tiempo, en el primero de Emaná y en el segundo de Juanito, fueron el balance ofensivo para recordar de un equipo atenazado por los nervios desde el principio, incapaz de reaccionar ante el planteamiento conservador de los navarros, y sin ayuda desde el banquillo. Una vez más los cambios llegaron tarde, fueron protestados por la grada, y no salvaron al equipo de un empate que mirado muy fríamente es pero todavía para su rival, al que el Betis le gana el average y se encuentra a tres puntos. A efectos prácticos dos partidos de ventaja ante un enemigo directo… aunque no debe ser consuelo. Más de uno se ha marchado de Heliópolis temiendo lo peor. No es para menos.