Trágico final que se veía venir

Pasó de todo en Heliópolis, pero el final de la película no pudo ser más amargo. Este Betis, que no le gana a nadie de ninguna forma posible, fue capaz de ponerse por delante en el marcador a los diez minutos con tanto de Sergio García, de dejarse remontar el choque ante un Numancia al que casi le hizo el boca a boca cuando estaba muerto, de volver a ponerse por delante cuando restaban cinco minutos para el final y, por último, de permitir al rival la igualada con el partido casi terminado, regalando Ricardo un penalti incomprensible. El poco espíritu del equipo exhibido durante gran parte del choque no tiene nombre. Los de Chaparro aguantaron el tirón los primeros 25 minutos, pero después ofrecieron el balón al rival provocando la ira de una grada que ya está cansada del técnico  (lo demostró a voz en grito) y de la desidia de algunos jugadores. El plantel no tuvo oficio y se dejó marcar tres goles por el Numancia, dos de ellos de penalti, después de hacer lo más complicado casi sin darse cuenta. Así se asfalta el camino hacia Segunda, aunque muchos no se quieran creer aún que el Betis vive instalado en el peligro y que siempre no se puede confiar en que te salven los demás .