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Un buen domingo para resucitar




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Racing - Real Betis

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Goles: 1-0, m. 5: Luccin. 1-1, m. 19: Edu. 1-2, m. 29: Emana. 2-2, m. 32: Zigic. 2-3, m. 52: Emana.


Nogués se estrena con una victoria en el banquillo bético| Peligroso arriba, gozó de oportunidades para incrementar su cuenta|Gran partido de Emana y Capi




El Betis de Nogués sabe ganar. No sería justo, quizás, otorgarle todo el mérito al nuevo técnico, pero también sería injusto negar la realidad, que no es otra que este equipo, sin Sergio García y Oliveira, ha sabido ganar en Santander y ha sabido jugar al fútbol, por momentos, bastante bien. Y el técnico en el banquillo hoy día es José María Nogués. No se vio al equipo atenazado, bloqueado por momentos, de las últimas jornadas. Y mucha culpa tendrán, eso es seguro, los futbolistas, los que han hecho un buen partido y los que traen todavía por la calle de la amargura al beticismo por una temporada nefasta. Pero la realidad es que el Betis ha elegido este Domingo de Resurrección para resucitar, para transmitir mejores sensaciones y, sobre todo, para sumar puntos que le dan un balón de oxígeno, aunque todavía habrá que pelear por la permanencia. Sergio García y Oliveira son importantes, y por tanto sus ausencias, también, pero es que ayer entre Emana y Capi tiraron del equipo para hacerlo peligroso.

En la primera parte el Betis de Nogués se mostró algo más vivo y alegre en ataque, lo que unido a sus deficiencias defensivas, que esas continúan esté quien esté en el banquillo, propició una primera mitad ciertamente entretenida, con alternativas en el marcador y goles, cuatro. Al tempranero tanto de Luccin, eso sí, reaccionó bien el Betis, que tuvo sus mejores minutos de fútbol con un juego alegre y peligroso. Así llegó el gol de Edu en una gran combinación y el tanto de Emana, el primero, en una acción repleta de fuerza. El postrero tanto de Zigic, cómo no, en una jugada  a balón parado, dejó al aire las vergüenzas defensivas del Betis, que en cualquier caso seguíá mostrándose vivo, peleón, y daba sensación de peligro.
Por eso en la segunda mitad, tras algún que otro susto provocado por Pereira o por Zigic, Emana, enorme en la tarde de ayer, volvió a decantar el partido. Primero provocando la expulsión de Toño en una jugada precipitada del meta, y luego convirtiendo de forma poca ortodoxa en gol un magistral y espectacular pase de Capi. El camerunés había allanado el partido y lo había dejado franco para rematarlo. No lo hizo, y eso que tuvo innumerables ocasiones para hacerlo. Parecía que el Betis quería alargar su agonía y sacrificio para al final, al final, celebrar su resurrección... momentánea.

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