El partido del Betis en Villarreal del pasado sábado llama la atención por varios aspectos. En primer lugar por la mala racha bética, por la inoperancia del equipo ante el conjunto castellonense y por algunos datos que ilustran el juego verdiblanco, su aparente control del juego pero su falta de incidencia en el resultado. Es curioso que el Betis acumulara durante el partido más del doble de pases que su rival, el Villarreal. En concreto, el Betis llevó a cabo 687 pases, más del doble que el Villarreal, que sumó 341.
Resulta llamativa la plasmación de esa totalidad de pases y del control de la pelota, pues el Betis también fue superior en esa faceta del juego, mantuvo el 63% de la posesión. Pero eso apenas condujo a cuatro tiros a puerta y, como es evidente, a ningún gol. El Villarreal, sin demasiadas florituras, con apenas cinco remates a puerta pero con un juego más efectivo y menos efectista, se llevó los puntos y el partido.
