Patricia Ramírez, 'persona non grata' para Ayza Gámez
En el minuto 37 del partido Ayza Gámez se dirigió al delegado del Real Betis, Víctor Antequera, para comunicarle que Patricia no podía estar sentada en el banquillo auxiliar, al no tener ficha del equipo. Esta decisión llamó poderosamente la atención puesto que cada jornada, en cada club y cada estadio esta situación se produce sin mayor inconveniente (sólo hay que recordar la dedicación de Rubén Castro en La Rosaleda), pero, además, porque Patricia fue el único empleado sin ficha al que impidió seguir con normalidad el resto del encuentro desde esa ubicación.
El suceso más sorprendente, no obstante, tuvo lugar en el descanso del duelo. Ayza Gámez, no contento con que Patricia Ramírez abandonara el campo tal y como él había exigido, solicitó la presencia de la psicóloga en el despacho arbitral, una petición un tanto insólita. En el vestuario, en presencia de sus auxiliares, el árbitro valenciano volvió a insistir sobre este hecho y le comunicó a Patricia que si volvía a verla a pie de campo se vería obligado a detener el partido. Además, las formas empleadas por Ayza Gámez a la hora de dirigirse a la psicóloga nacida en Zaragoza distaron de ser las más correctas.
Lo cierto es que Gámez, que en el acta del encuentro recogió la utilización por parte de algunos aficionados de punteros láser, estuvo especialmente quisquilloso incluso al término del choque. Así, cuando Nelson e Iriney —quienes, por lesión, no pudieron estar convocados— se disponían a saltar al campo para saludar a la grada con el resto del equipo, el árbitro les puso impedimentos a ambos, aunque tanto el portugués como el brasileño lograron finalmente recibir el aplauso de Heliópolis.