En realidad, Pepe Mel así lo quería. Lo dijo públicamente: si se iba el gallego debía llegar otro jugador válido para el ataque. "Si me preguntas si quiero que salga, no, no quiero que salga Pereira porque juega asiduamente conmigo", dijo el entrenador en Nuevo Portil esta pretemporada, antes de viajar a Alemania.
Jonathan es consciente de que no parte como titular, pero su lucha está encaminada a conseguir mayor peso en el plantel. Y es así porque casi siempre que Mel le necesita, él responde. El vigués pelea por ser algo más que un revulsivo, por contar con más oportunidades, y así lo demuestra con sus actuaciones.
Su electricidad le hace bien al equipo. Quedó evidenciado en algunos partidos del curso pasado, así como en el último amistoso de los de Heliópolis, ante el Benfica. Un duelo que el de Pontevedra empató saliendo desde el banquillo y anotando un golazo de vaselina con la izquierda.
Otra de las aspiraciones de Pereira en el Betis es actuar en punta en lugar de escorado a una banda. La espantada de Santa Cruz puede abrirle puertas para que así sea y Mel decida darle cada vez más protagonismo en la vanguardia, donde, cierto es también, Rubén Castro es indiscutible y Jorge Molina atraviesa un buen momento goleador.