De hecho, en los primeros partidos de la Liga encajó cinco tantos, una cifra mayor de lo recomendable. Además de los datos, las sensaciones fueron bastante comprometidas en esos partidos. Desde las que transmitieron algunos defensores hasta el nerviosismo de Fabricio.
Pues bien, en Pucela la zaga pasó de ser timorata a firme, de nerviosa a segura. La pareja de centrales formada por Paulao y Mario se mostró robusta y casi sin fisuras. También Nelson mantuvo un buen nivel, estuvo rápido y muy atento a todas las coberturas. Algo más discreto estuvo Nacho, cuyo costado fue foco de los ataques vallisoletanos en varias fases del encuentro.
A ellos, hay que sumar el papel de Casto, que mejoró notablemente a Fabricio.
Así las cosas, y gracias a la seguridad en defensa, el Betis se mantuvo vivo en el partido y acabó ganando.
Hay muchas cosas que mejorar aún, pero en la zaga Pepe Mel, entrenador verdiblanco, parece que ha encontrado una línea de cuatro de mejores prestaciones.