Es Noticia

El desorden pudo hasta con Rubén Castro

Carlos Tur IIIEstuvo cerca el Betis de vencer en el estadio de Gran Canaria este jueves e incluso pudo regresar a Sevilla con la eliminatoria de octavos de la Copa encarrilada. Pero el desorden pudo con todo en Las Palmas. También con Rubén Castro, que está de dulce y marca lo que toca, ni cuya aparición fue suficiente para los de Pepe Mel. 

La entrada del delantero canario, una vez más vilipendiado por la que fue su afición, volcó por minutos del lado verdiblanco un encuentro que no tuvo un dueño claro ni fijo. El Betis se habría ido al descanso con ventaja si, a la media hora, Jorge Molina hubiese acertado ante la meta rival en una doble acción propiciada por la velocidad de Pozuelo. Barbosa estuvo firme, y también Pignol, insistente además en ataque. 

Crónica on-line
Árbitro
Delgado Ferreiro. Amarillas a Murillo, Corrales, Nauzet; Nosa, Mario y Rubén Pérez.
Formaciones
UD Las Palmas: Barbosa; Pignol, David García, Murillo, Corrales; Javi Castellano, Nauzet (Vicente Gómez, m.61); Vitolo, Momo (Pedro Vega, m.85), Thievy; y Javi Guerrero (Chrisantus, m.46). 
Real Betis: Casto; Ángel, Paulao, Mario (Amaya, m.67), Nacho; Agra (Beñat, m.61), Rubén Pérez, Nosa, Campbell (Rubén Castro, m.56); Pozuelo; y Jorge Molina.
Goles
0-1, m. 67: Rubén Castro. 1-1, m. 85: Chrisantus.
Incidencias
Estadio de Gran Canaria. Partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey. 14.500 espectadores.

Por su costado izquierdo sufrió el Betis, ya que Nacho se vio superado una y otra vez. La velocidad de Thievy, la capacidad combinativa de Momo, Vitolo y Nauzet, obligaron al conjunto heliopolitano a hacer esfuerzos defensivos. Se temía a Las Palmas, en realidad, no porque fuese equipo de Segunda, sino porque tiene armas, potencial ofensivo y recursos de sobra para poner en aprietos a cualquiera. 
El encuentro vivió en la locura demasiado tiempo. Demasiado, claro, para los intereses del Betis, que nunca tuvo el control real del juego. Casto tuvo que aparecer en la segunda parte para, con tres intervenciones consecutivas, evitar que Las Palmas se adelantara. Fue la reacción local a ocasiones de Jorge Molina y Campbell, y nacieron los mejores minutos del conjunto de Sergio Lobera.
La entrada de Beñat y Rubén Castro le cambió la cara al encuentro. No tardaron en conectar en una jugada de falta ensayada, y ni diez minutos habían transcurrido desde que el delantero pisara el césped hasta que, en una de sus primeras acciones, marcó el primer tanto. Bonito gol no solo por la definición al primer toque, también en su gestación, al pasar por las botas de Pozuelo y Molina. Rubén, cuyos números son escandalosos, pasó a participar en cada jugada de peligro. Le dio un tanto a Nosa que no subió al marcador por un fuera de juego. Y muy cerca estuvo de convertir al nigeriano en asistente poco después, pero Barbosa, que completó un buen partido pese a algún titubeo, sacó una mano providencial para evitar el segundo tanto bético.
No supo el Betis matar el partido y, como suele ocurrir cuando enfrente hay un equipo valiente, decidido y con hombres físicamente portentosos como Thievy, pocas cosas son necesarias para que todo se vuelva en contra. Porque Las Palmas acabó el duelo en suelo visitante, apretando al Betis sobre todo después de que Chrisantus lograra el empate a cinco minutos del final. Thievy le ganó la partida otra vez a toda la defensa y le dio el balón al delantero nigeriano, sustituto de Javi Guerrero tras el descanso, para que hiciera a placer, a puerta vacía, la diana del empate definitivo.
Faltó intensidad defensiva en los de Mel, superados cuando Las Palmas se decidía a volcar su juego por la banda derecha, a moverse entre líneas en zona de tres cuartos. Sacaron a Mario de su sitio, tanto que el central canario pudo haber sido expulsado, pues Delgado Ferreiro le perdonó la segunda amarilla mediada la segunda parte.
Rubén Castro apareció justo a tiempo en el partido, pero ni siquiera él, su espectacular momento de forma, su racha goleadora, pudieron hacer que el Betis venciera en Las Palmas. Para la vuelta, en enero, los verdiblancos tendrán aprendido que el conjunto canario, sin someter, te desarma a base de insistencia y desequilibrio. Un caos que borra el centro del campo adversario y abre los partidos. Eso no lo necesita el Betis y ha de impedirlo en el Benito Villamarín cuando llegue el momento decisivo de afrontar el pase a los cuartos de final de la Copa.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar