Forjado en la cantera del Villarreal, su primer paso adelante en el fútbol lo dio en el Barcelona B, por entonces dirigido por un tal Pep Guardiola. Xavi Torres era el pivote titular y su competencia por el puesto se llamaba Sergio Busquets. Una lesión alejó al alicantino del equipo y abrió el camino del éxito a su compañero, ahora campeón de todo. Quién sabe si de no llegar esa inoportuna lesión su vida deportiva hubiera cambiado por completo.
Tanto que acabó cedido en el Levante, donde quizás haya dado su mejor versión. Con Juan Ignacio Martínez se consagró y fue pieza clave en el proyecto de un equipo que firmó una temporada de ensueño, con el colofón final del billete a la Liga Europa. Quizás algunos de sus nuevos compañeros le recriminen ahora aquel gol que marcó en un Levante-Betis de hace dos años. Quizás ese día Mel ya se fijó en él.
Tras su éxito como granota, dio otro paso adelante en Getafe la pasada temporada, o eso pensaba. Porque Xavi Torres no estuvo tan fino como en el Levante y por eso en su debe aún falta la palabra regularidad. Lo puede conseguir en Heilópolis, donde, como Guardiola, tendrá otro maestro de los banquillos. Mel le espera con los brazos abiertos. Sobriedad, trabajo, solidaridad a costa de brillantez... el Betis ya tiene a su deseado mediocentro.