Se aproximó, disparó y lo lanzó fuera. El mundo se le vino encima, el silencio verdiblanco del Villamarín, también. De inmediato algunos compañeros, que se mantenían en pie aún y no se lamentaban en el césped, fueron a animarle. Corriendo acudió Salva Sevilla.
Nono falló el penalti decisivo de un derbi histórico e inédito. Castigo cruel para el canterano bético, realmente cruel, e inolvidable. Uno de esos fallos que marcan y persiguen. Pero es joven, y tendrá la oportunidad de jugar más derbis. Este se convirtió para él en un drama.