La primera vez que el conjunto verdiblanco disputó competición europea fue en al temporada 1964-65, cuando participó en la antigua Copa de Ferias (posteriormente Copa de la UEFA y ahora Liga Europa). Entonces, cayó en 1/32 de final ante el Stade Français de París (1-1 en Heliópolis y 2-0 en territorio francés).
Hubo que esperar a la campaña 1982-83 para ver, de nuevo, al Betis disputar la UEFA. En esa ocasión, los verdiblancos fueron eliminados, también en 1/32, por el Benfica (2-1 en Lisboa y 0-2 en el Benito Villamarín).
La siguiente participación es este torneo fue en la 84-85, siendo apeado, otra vez, en treintaidosavos de final. El Betis venció en su campo 1-0 al Universitatea Craiova y en la vuelta el equipo rumano ganó por idéntico resultado y pasó en los penaltis.
Once años después, en la 1995-96 volvieron los de la Palmera a jugar en Europa. Hasta octavos llegó un Betis que fue eliminado por el Girondins de Burdeos, que ganó 2-0 en su feudo y a pesar de caer 2-1 en Sevilla pasó a cuartos gracias a un gran tanto de Zinedine Zidane, que dejó helado el Benito Villamarín en una lluviosa tarde.
En la 1998-99, el Betis volvió a quedarse en octavos. En esa ocasión, el Betis, dirigido por Javier Clamente, perdió en Bolonia 4-1 (nunca se olvidará la decisión del técnico vasco de colocar a Pepe Gálvez de lateral derecho) y logró un estéril 1-0 en la vuelta.
En la 2002-03, el equipo heliopolitano llegó a 1/16, cayendo ante el Auxerre. Los de Víctor Fernández ganaron en el Villamarín (1-0), pero luego perdieron (2-0) en Francia. Tres temporadas después (2005-06) se produjo la última participación del Betis en la UEFA, tras quedar tercero de su grupo en la Champions. Los de Lorenzo Serra Ferrer elminaron en dieciseisavos al AZ Alkmaar y cayeron en octavos ante el Steaua de Bucarest. En Rumanía, el conjunto bético empató a cero y en la vuelta los rumanos ganaron 0-3 en un gran partido de Nicolita, clave en la victoria de su equipo.
Este jueves, el Betie tampoco pudo pasar la frontera, y además se quedó en el camino de la forma más dolorosa, ante el eterno rival.