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La regeneración, una urgencia

Periodista. De norte a sur pegada al balón.


La temporada del Betis se ha acabado, salvo milagro deportivo. La eliminación europea ha supuesto el final de curso para un conjunto verdiblanco al que lo único que le queda es reinventarse por medio de una regeneración total que vuelva a ilusionar a una afición quemada a la que ya no le puede pedir más.

Institucionalmente, la fecha del 28 de marzo, de la próxima Junta General, es clave en el futuro de la entidad de la Palmera. Miguel Guillén ya ha anunciado públicamente su deseo de marcharse y dejar paso a otros, pero esos otros deben dar el paso al frente ese día. Manuel Castaño, con un importante paquete de acciones, junto con Rufino González; las plataformas y Francisco Estepa, administrador judicial, tienen la imperiosa obligación de dejar a un lado las rencillas que puedan existir entre ellos y formar un nuevo Consejo que, exclusivamente, mire por el bien de un club que sigue a años luz de su hinchada.
Y es que el problema de la autodestrucción del Betis es de egos y autocomplaciencia, y si eso no acaba, definitivamente, la entidad de Heliópolis no crecerá nunca y volverá a tropezar, una y otra vez, en la misma piedra.
En el plano deportivo, la limpieza debe ser total. Y el primer cambio debe producirse en el banquillo. Con el rejón que el Betis ha recibido en el derbi europeo, Gabriel Humberto Calderón no tiene crédito alguno. El técnico argentino no supo leer el partido ante el Sevilla en la vuelta y las decisiones que tomó, sobre todo en el primer tiempo del partido, dejaron mucho que desear, además, de otras en la Liga.
Además, la actual situación requiere comenzar un proyecto nuevo, de cero, y no ser continuista con lo que hay. 
En cuanto a la plantilla, la revolución debe ser total. El ciclo de muchos jugadores en el Betis ha terminado. Sólo se salvan unos pocos, pues la falta de aptitud de la inmensa mayoría del plantel es más que evidente y así se ha mostrado a lo largo de la temporada.
Y el último pilar y fundamental de la regeneración  pasa por la cantera. Vender el Proyecto Heliópolis como un éxito por la renovación de los canteranos que ya se ha producido es una auténtica mentira deportiva, y tanto Óscar Cano como Luis Fradua y todo su grupo de trabajo deberían tener las horas contadas.
Es el momento de poner las bases de un nuevo Betis. Un Betis en el que predomine el sentido común, en el que se pongan las bases de un proyecto sólido, en el que haya hambre de hacer cosas importantes y en el que, por encima de todo, prime los intereses de la entidad por encima de los particulares. 
 

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