Un maravilloso 'Día de la Marmota' en Gijón
El Betis logró remontar en El Molinón en la segunda parte, tras un primer tiempo para olvidar. Los de Pepe Mel ni se presentaron en unos primeros 45 minutos en los que el Sporting de Gijón se mostró muy superior. El gol de Carlos Castro daba justicia a lo que se vio sobre el césped antes de llegar al descanso. Sin embargo, tras el paso por los vestuarios, todo cambió. Nada más arrancar el segundo tiempo, ya se vio que la tónica iba a ser bien diferente. Un Betis más agresivo, que robaba el primer balón que tocaba un jugador del Sporting. Así llegó el gol de Joaquín, tras un robo de Cejudo, que se la puso a Rubén para que el canario asistiese al portuense. Minutos después, Castro se encaraba solo el área rival para reventar desde la frontal el balón, que se coló por la escuadra.
Un partido, un resultado, un golazo y un escenario que, seguramente, les suene a muchos béticos. Como si del Día de la Marmota se tratase, el Betis repitió la historia de sus últimos enfrentamientos en el estadio del Sporting. Así, la temporada pasada, ambos equipos se enfrentaban en Segunda, con un transcurso de los acontecimientos casi calcado al de este domingo. Un indolente Betis tiraba la primera parte, en la que el conjunto asturiano se había adelantado gracias a un gol de Muñiz. En el segundo tiempo, todo cambió y el equipo de Mel le daba la vuelta al marcador antes de la hora de partido. El segundo de los goles, además, llegó tras un trallazo desde fuera del área inapelable obra de Xavi Torres, con la misma potencia con la que Rubén golpeó esta mañana la pelota.
Pero no sólo al centrocampista catalán ha emulado el 24 del Betis en El Molinón. En la temporada 2008-09, ambos equipos se veían las caras en la jornada 12. Un partido en el que Diego Castro adelantaba en la primera mitad a los locales, para que el Betis, una vez más, acabara remontando en la segunda parte, con goles de Monzón y Emaná. Podría decirse que fue Monzón quien abrió la veda de los golazos del Betis en Gijón, pues pocos olvidan el tremendo disparo que se sacó el lateral, desde más de 30 metros. Un gol imparable, como los de Xavi y Rubén.