La historia de Tonny Sanabria es como la de tantos inmigrantes. Dejar atrás su país de origen para buscar un futuro mejor. Su madre, Shirley Ayala, dejó Paraguay y se marchó precisamente a Sevilla a vivir. Fue el primer gran viaje de la matriarca de los Sanabria hacia Europa. En la capital hispalense dio sus primeros pasos y meditó cómo transportar al resto de su familia. Aquella decisión de su madre, cambiaría para siempre la vida de Sanabria. Al poco tiempo, decidió cambiar la capital andaluza por la costa catalana. En Sitges, habitó con el nuevo delantero del Real Betis y sus cuatro hermanos: Joel, Tamara, Lucas y Enzo. Más adelante, su familia se completó con la llegada de su padre, Antonio.
Antes de su llegada a España, siendo un niño, el guaraní militó en el San Toñito, equipo de su localidad. Más tarde recaló en la cantera de Cerro Porteño e incluso pasó por las categorías inferiores de la selección paraguaya. Como su madre, y con once años hizo las maletas y dejó atrás su Paraguay natal.
De conducta introvertida, Sanabria comenzó jugando en el Blanca Subur, el club de Sitges en el que dio sus primeras patadas a un balón. Su madre tuvo que pedir ayuda para pagar la cuota de inscripción en el equipo. Tan solo seis meses permanecería en su primer equipo en España. El gol nunca se le resistió, tanto que siendo infantil de primer año jugó con niños un año mayor que él y marcó 70 goles en una misma temporada. A pesar de las grandes cifras, el coordinador del equipo sitgetano, Josep Pascual, ya aconsejaba y aventuraba lo que el ariete sería capaz de hacer y desmostrar: "Siempre le digo que le falta mala leche, que sea más agresivo. Es que es algo tímido, pero cuando se quite esa timidez será una máquina". Hoy día, ya se ha sacudido esa presión y golea en la élite.
Tonny es el mayor de cinco hermanos. Su familia lleva el fútbol en la sangre. Uno de ellos, Joel Sanabria, militó en los escalafones inferiores del Cornellá y ahora lo hace en la cantera del Sporting de Gijón. El flamante futbolista bético anotó 27 goles con el cadete A del FC Barcelona su primer año en La Masía. Unos registros que le valieron la convocatoria para la selección absoluta de Paraguay con 17 años, siendo el segundo jugador más joven de la historia en debutar con el combinado sudamericano.
La suerte de su familia cambió al ritmo de sus goles y aquel chico tímido que se avergonzaba por sus vestimentas y su calzado gastado, se codea con la élite del balompié. Hoy, tiene contrato de imagen con la misma firma que viste su nuevo club, el Real Betis. Una historia de superación y coraje. El escaso miedo a lo desconocido y el valor de su familia brindaron a Sanabria la oportunidad de codearse con las grandes estrellas del fútbol mundial.
A continuación, imágenes de Sanabria junto a su familia:
Le deseo muchisima suerte,he vivido similar situacion,con mis hijos y es una pena ver que escuelas de futbol ,NO subvencionen a familias q pasan por ciercustacias en las que tienes que decidir el que tu hujo siga disfrutando..Ademas estos son los chavales que verdaderamente luchan por sacar su familia adelante.ENHORABUENA Y SUERTE.