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Real Betis
0-0
Deportivo

El Betis sigue generando nerviosismo

Manuel Pedrero

La Liga Santander aterriza en el Benito Villamarín. Un estadio que observa como un sector de su grada ha caído para levantarse con más fuerza. El Real Betis y el Deportivo de la Coruña aburrieron al público en un partido marcado por la lentitud, un ritmo a tirones y escasas ocasiones. Cuando esto ocurre los partidos acaban en empate a cero y así sucedió. Rubén Castro perdido en la banda. Ceballos y Musonda suplentes de inicio y una afición impotente y rabiosa ante la imagen derrochada por un equipo que suma su primer punto de la temporada.

Si en la previa Gustavo Poyet pedía tranquilidad y paciencia a la afición, el equipo volvió a mostrar una imagen similar a la de hace una semana. Y eso que hubo cambios en el once e incluso de sistema. El 5-3-2 dejaba paso al esquema predilecto del técnico uruguayo, el 4-3-3 con Fabián, Petros y Felipe Gutiérrez en la medular y por ende sin Dani Ceballos. El canterano saboreó el amargo sabor del banquillo por segunda jornada consecutiva. Piccini fue otra de las novedades del once acompañando a Pezzella, Mandi y Durmisi. Musonda tuvo que esperar a la segunda parte para salir a jugar.
Con el pistoletazo de salida dado por Clos Gómez la pelota empezó a rodar por el tapiz heliopolitano. Los dos equipos salieron con miedo, a olfaterse con insistencia y e intentar dilucidar las armas a emplear. Y cuando se especula, generalmente no se juega a nada. Eso ocurrió en el primer acto. Quedó demostrado que al Betis le haga falta mucho trabajo y fluidez en las transiciones. Rubén Castro a un costado no muerde, no juega. Sin el canario las prestaciones del conjunto verdiblanco bajan al 50%. El tridente que conformó la columna vertebral no genera juego y así es difícil de hilvanar acciones de peligro a lo largo del partido.
El Betis sigue atascado en la creación de juego. El público pitó a los suyos
Todo el fútbol pasó por las bandas. En el Betis Joaquín por la derecha y Riza Durmisi (gran vocación ofensiva) planearon por los dominios coruñeses de manera esporádica. En el bando visitante, Juanfran, que no fue recibido con especial agrado, y Fayçal Fajr generaron las ocasiones más prolíficas para el Deportivo de la Coruña. De hecho, el jugador nacido en Rouen  puso la primera gran ocasión del partido. Saque de falta lateral que se iba envenenado en el aire hasta ser despejado en área pequeña por Aïssa Mandi.
Llegaba el turno para las llegadas del Betis. Camino del ecuador de la primera parte, primero lo intentó Petros con un disparo desde la frontal tras un rechazo del exsevillista Fernando Navarro. Poco después, un quiebro de Felipe Gutiérrez desemboca con el balón en banda derecha para que Joaquín ejecute un envío al área donde Sanabria engatillaba con contundencia. El remate del paraguayo se topó con uno de los zagueros del Deportivo y la acción acabó en córner.
El nivel de partido se iba avivando pero era tan sólo un espejismo. Las llegadas del Betis desembocaban siempre en saques de esquina. Llegó a botar más de diez. Pero sin peligro ninguno. En uno de ellos y al filo del descanso, Felipe colocó el esférico a la testa de Mandi, quien subía a rematar sin fortuna. Atrapó Lux.

Más de lo mismo en el segundo tiempo

El acto final del envite no pasará a la historia como una de las odas al fútbol. Pocas cosas que rescatar. Salió Musonda pasada la hora de partido. Hasta entonces, el Deportivo de la Coruña hizo levantar los primeros silbidos de la temporada con un latigazo de Bruno Gama desde el balcón del área que se marchó lamiendo el poste izquierdo de la portería de Adán.
Sanabria demostraría que quiere ser un futbolista importante esta temporada pero no tuvo premio. Y eso que le puso ganas y empeño. A los diez minutos de la reanudación se atrevió con un golpeo lejano que no acabó en ningún sitio productivo. Junto con otra de las nuevas caras nuevas que pisaban el Benito Villamarín, el danés Durmisi, fueron de los más destacados de los minutos finales. El ex del Brondby se animó a subir por el carril con bastante asiduidad pero estuvo taponado y le faltó claridad en los minutos finales. La más clara a nivel personal fue antes de la entrada de Charly Musonda. Subida, doble recorte y chut que el meta argentino del Dépor mandaba a córner.
Con Musonda en el verde parecía que el envite cambiaría pero tampoco. En el primer balón que toca genera más peligro que todo lo anterior. Clásica galopada y disparo ajustado que no coge portería. A falta de diez para el final, otra ocasión que pasó por sus botas en un centro al que no llegaron ni Sanabria ni Rubén Castro en segunda instancia.
El partido finalizaba entre sollozos y el público no pudo contener su malestar por el juego del equipo. Pitos y mucho que trabajo por hacer para Gustavo Poyet, quien tampoco estuvo acertado en los cambios. Tras el parón, espera Mestalla y el Valencia.

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  1. Mi betin gueno

    Vergüenza ajena de que mi ciudad tenga un equipo que haga tanto el ridículo por cada campo. No pasa nada, OS queda el manquepierda. RIP al circo de la palmera

  2. Emilio

    Cada partido un esquema diferente?