Mauricio Taricco, un nuevo 'loco de la cabeza'

Levanta pasiones allá por donde pasa y siembra con su características marcadas nuevas identidades. Es el Real Betis Balompié. Un equipo de fútbol que contagia de manera desproporcionada a los corazones que se cruzan en su camino. Uno de los nuevos adeptos al club es Mauricio Taricco, ayudante de Gustavo Poyet. El que fuera defensa argentino no pudo ocultar su felicidad tras el definitivo tanto logrado por Rubén Castro en Mestalla. El gol supuso la primera victoria de la temporada y se vivió con especial énfasis en uno de los palcos privados del estadio valencianista donde permaneció buena parte del cuerpo técnico heliopolitano a causa de la sanción al entrenador charrúa.

Se le escapaba un partido controlado al conjunto bético en el inexpugnable feudo che. Hacía 30 años que no ganaba al Valencia en su territorio. Con 0-2 y un jugador más sobre el verde, el combinado local lograba a empatar a dos a falta de algo menos de quince minutos para la conclusión. Apareció el máximo goleador del la historia de la entidad para 'salvar los muebles' y enloquecer a los seguidores verdiblancos. Pero no sólo a los aficionados. 
El 'Tano' Taricco explotó de felicidad al ver como Rubén Castro anotaba en el periodo de prolongación. Saltó, agitó los puños e incluso se subió a uno de los pupitres del palco. Descargó en la acción toda la rabia contenida y se ha ganado un rincón en la mente de todos los seguidores del equipo de La Palmera. No es la primera vez que el segundo entrenador bético reacciona así. En su etapa inglesa al frente del Sunderland ya vivió algún que otro episodio parecido.

Así celebró el segundo de Poyet uno de los goles del #Betis #GrandeTarico pic.twitter.com/OucmVdVlzU
— Tintero Verdiblanco (@ElTinteroVB) 12 de septiembre de 2016