La expedición del Betis ya está en el Ramón Sánchez-Pizjuán para disputar en algo más de una hora el derbi ante el Sevilla entre pitos y abucheos de la afición sevillista. Una llegada esperada en un encuentro que tiene muchos ingredientes para brillar.
Los jugadores verdiblancos pisarán el césped después de bajarse del autobús y antes de la última charla del técnico Gustavo Poyet. El recibimiento hostil, como suele ser habitual en este tipo de partidos, ha transcurrido con total normalidad.
Ahora se está a la espera de la llegada de los aficionados del Betis que, como siempre, estarán escoltados por agentes policiales desde el estadio Benito Villamarín.