El galimatías de Poyet

Gustavo Poyet tiene un problema. O más de uno, según se mire. La dolorosa derrota del Betis ante el Real Madrid ha abierto la caja de las críticas y ya hay muchos aficionados que piden la cabeza del entrenador. Pero el entrenador está con fuerza, o eso dice Miguel Torrecilla, y ya medita los cambios en El Sadar. Otro problema, porque las ideas no están claras.

El entrenador del Betis ya advirtió que el equipo necesita un giro y cambiar la dinámica. El primer caso es cambiar el sistema y ahí hay dudas: el innegociable 4-3-3 ya no es tan innegociable, pero la falta de contundencia en la medular provoca pensar en el 4-2-3-1 por delante del 4-4-2. Y ese delantero en el primer sistema tiene nombre y apellido (Rubén Castro), lo que dejaría fuera a Álex Alegría y también a Sanabria, al que Poyet quiere verle ya sobre el terreno de juego.
El uruguayo echó de menos el pasado sábado a Felipe Gutiérrez y no parece que se pierda un segundo partido seguido. Petros, indiscutible hasta el momento, no tiene competencia como pivote defensivo salvo que haya una apuesta definitiva por Donk. En las alas Joaquín es muy del gusto de Poyet y, aunque haya visto problemas en alguna ocasión, Poyet piensa en Musonda para crear un desequilibrio por la izquierda.
La defensa también es un auténtico quebradero de cabeza. Sólo Durmisi, y a cuentagotas, ha convencido. Los centrales no terminan de afianzar su nivel y Piccini ha sufrido, y errado, en los últimos partidos. De esta forma, a Rafa Navarro se le podría presentar otra interesante oportunidad, esta vez en su puesto natural.
Un galimatías para Poyet dentro de otro galimatías general: una derrota ante Osasuna le dejaría con la soga al cuello días antes de recibir al Espanyol en una gran olla a presión... Y probablemente en zona de descenso.