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Gustavo Poyet y un nuevo examen en el Benito Villamarín

Manuel Pedrero

El triunfo cosechado por Real Betis el pasado viernes ante Osasuna en El Sadar ha servido a Gustavo Poyet para respirar con 11 puntos en la clasificación. Con tres de ventaja sobre el descenso, el nivel de juego del conjunto bético sigue siendo un quebradero de cabeza para el uruguayo. A pesar de los sustanciosos cambios en Pamplona, los jugadores béticos volvieron a mostrar una imagen pasiva con el balón en los pies y una intensidad discreta que salvó la escasa pegada de la entidad navarra. El próximo domingo volverá el fútbol al Benito Villamarín y lo hará con un partido contra el RCD Espanyol. Muchos son los cabos por atar estos días para el de Montevideo.

Y es que Poyet sorprendió dejando en el banquillo al máximo goleador de la historia del club. Rubén Castro apenas jugó los minutos finales del envite. Lo que sí era un secreto fue el sistema. El 4-3-3 dio paso al 4-2-3-1. Una modificación sin un resultado visible en cuanto al juego. Junto con el canario, fuera de la lista se quedaron Riza Durmisi, Bruno y Fabián. Tonny Sanabria, su referencia principal no tuvo excesiva suerte ante Osasuna y eso que tuvo en su testa un cabezazo limpio.
Jugar de local con un solo delantero se antoja poco probable y la vuelta de Rubén Castro al once es un suceso de alta probabilidad. El 4-4-2 aflora en la mente del preparador verdiblanco en una semana de trabajo relajado gracias a la victoria. Un 'match ball' salvado en medio de la tormenta. Los aficionados confían en ver una mejora contra el Espanyol de Quique Sánchez Flores. Más cambios pueden saltar a la palestra.

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  1. Vicente de Utrera

    Pues ya sabes ... Estáis obligados a ganar y poderos colocar en el 7º puesto , los del Español dicen que vienen a muerte y si os ganan estaréis en descenso casi.