El arranque de temporada del Betis, irregular hasta el momento, ha tenido un protagonista positivo que muchos no esperaban. Es Joaquín Sánchez, la indiscutible pieza básica del equipo verdiblanco, primero con Gustavo Poyet y ahora con Víctor Sánchez. Dentro y fuera del terreno de juego.
El portuense ejerce de capitán pero también de líder sobre el terreno de juego. Juega y hace jugar a sus compañeros y ha demostrado una capacidad de sacrificio impresionante. A sus 35 años, Joaquín está en una segunda juventud, en un momento de forma espectacular e incluso esta temporada ha visto el gol con mayor facilidad. De momento lleva tres tantos, pero su importancia en el equipo va mucho más allá.
Ante la UD Las Palmas, por ejemplo, fue decisivo en las jugadas de estrategia. Dos lanzamientos de saque de esquina al lugar exacto significaron dos goles, como horas antes habían ensayado a puerta cerrada. Joaquín lidera al Betis en rendimiento y aportación. Su conexión con Dani Ceballos fue vital, alejado ya de ese fútbol exquisito como extremo. Ahora disfruta por dentro y apunta al futuro con optimismo.
Joaquín solo ha faltado a un partido esta temporada y ha ganado en presencia con el paso de las jornadas. La ovación tras su sustitución el pasado viernes fue la señal inequívoca de que hay una gran conexión con la grada y, sobre todo, que su trabajo está a la altura de lo que los béticos le exigen.
Impresionante el trabajo del equipo... Este es el camino pic.twitter.com/N9bojm9n57
— Joaquín Sánchez (@joaquinarte) 18 de noviembre de 2016
Y tanto que es importante. Más que importante, fundamental. ¿O es que acaso alguien se imagina el circo sin sus payasos?