¿La Copa del Alavés pudo ser la del Betis?

En el mundo del fútbol un gol cambia mucho la historia, el futuro y los sueños de muchos clubes. Sólo hay que preguntar qué sienten los aficionados del Alavés tras clasificarse para la final de la Copa del Rey, o pregunta también a los aficionados del Betis qué sienten tras ver cómo un rival, a priori de menor entidad, jugará el partido más bonito de la temporada ante el Barcelona. Y, sobre todo, porque el camino hasta llegar a esa cita pudo tener color verdiblanco.

El Betis cayó eliminado a las primeras de cambio ante el Deportivo después de ganar 1-0 en la ida y con Rubén Castro, el mejor jugador, en el banquillo. Una arriesgada apuesta que salió cruz y que ha podido tener unas consecuencias importantes. Son cuentas de la lechera, claro está, pero el Betis podría haber optado a esa final con los enfrentamientos posteriores que se han dado en la competición.
Sobre todo porque los rivales que hubieran aparecido no eran muy exigentes. Tras el Deportivo, Alavés, Alcorcón y Celta, unos cruces de los que se ha aprovechado el conjunto vitoriano para disputar su primera final de la Copa en toda su historia. Aquel partido en Riazor, que cabreó a los béticos, fue justo antes del parón navideño, sin mucha presión liguera. Pero el Betis perdió ese día y su sueño copero, si existía, se esfumó.
En ese hipotético cuadro el Celta eliminó al Real Madrid, que tampoco hubiera sido rival de los verdiblancos. Otra temporada más, y van unas cuantas, el Betis se olvidó de la Copa muy pronto. Y otra vez con la ilusión por los suelos.