Pena máxima

Sea como fuere, el Betis es incapaz de vivir tranquilo unos días, de sumar dos victorias seguidas como visitante o de ilusionar a su afición. Aunque sólo sea para quedar el décimo. Esta vez muchas miradas estarán en Álvarez Izquierdo, que pitó un penalti muy discutible en el tiempo de prolongación que pocos suelen pitar. Pero otras miradas, muchas también, estarán en los cambios del Betis, en los cambios de Víctor, y en los siete defensas que acabaron el partido para al final recibir un gol.

Cuesta ver sentado en banquillo o calentando en la banda a Rubén Castro y que no esté como nueve en el Betis. Un descanso que al final no le salió a Víctor como esperaba. Con otro resultado, Rubén hubiera entrado, pero el gol de Cristiano Piccini, que tiene un idilio goleador en Riazor, cambió los planes del entrenador verdiblanco. Todo el arsenal  defensivo que había en el campo y en el banquillo, todos a aguantar el 0-1. Quizás el fallo de Ceballos ante Lux o un disparo de Sanabria hubiera cambiado el guion de esta película, donde el Betis casi siempre es uno de los protagonistas malos.
La primera parte del Betis no fue ni buena ni mala, sino todo lo contrario. Lo que duró Dani Ceballos con el balón, más bien. El día, o los minutos, que no ha aparece el utrerano el Betis se convierte en la nada futbolística. Ni ataca ni defiende. La alegría es ver cómo hay rivales que son iguales que tú, porque con otro nivel el Betis estaría viviendo ahora un papel dramático.
Sin Rubén Castro en el once, porque necesita descanso según deja entrever Víctor Sánchez, Sanabria se aburre porque tampoco sabe crearse por sí solo una ocasión de gol. Al paraguayo le faltaron centímetros en su pie para llegar a un centro de Brasanac, convertido en Riazor en el mediapunta que tenía que dar el último pase al delantero. Y así estuvo el Betis. 

El serbio sí quiso estar, pero es lo que hay. Pudo disfrazarse se héroe tras un gran pase de Ceballos, pero su disparo ante Lux acabó en las manos del portero. No había otro que pudiera dar otra asistencia y si juega a 40 metros del área rival... Ceballos juega como en la calle, a veces hasta se divierte más de la cuenta, y el gran problema es que no hay otro que se le parezca. Rubén Pardo sí cumple en otro función y Donk demasiado tuvo con estar por el medio.

Lo que diga Ceballos

Cuando el balón dejó de llegar a Ceballos, el Deportivo de Mel sí quiso hurgar en la herida bética, pero tampoco tiene mucho donde rascar. Andone es un incordio constante y a veces hasta se pone de gol. Pezzela le dejó dos metros y mandó a por uvas al argentino. La suerte para el Betis que el toque leve de Mandi tras el centro del rumano acabó en el poste. Adán, tranquilo en todo momento, ya estaba preparado para aparecer y acabar con los rumores de que esta temporada está parando mucho menos.
Y quien haya dudado del portero, pudo ver cómo salvó a su equipo, medio cojo, tras un gran disparo de Çolak. El balón hizo una extraño pero no engañó a Adán. Quien sí engañó fue Piccini, cuyo idilio goleador con Riazor es para que juegue muchas veces en Riazor. El italiano se fabricó un disparo con la izquierda tras un córner que, tras tocar en Borges, acabó en la portería de Lux previo toque en el poste.
Piccini volvió a marcar en Riazor, como en la Copa del Rey
El Betis no estaba jugando un buen partido, muy normalito, pero con nada ya iba ganando. Así está la Liga. Así es la Liga. Dani Ceballos demostró después que si tuviera gol su precio de venta sería mucho más alto, pero su disparo ante Lux tras un gran pase de Petros se fue escorado. El utrerano sí tuvo una ocasión, al revés que Sanabria, al que se le vio correr por el campo sin estar donde tiene que estar. Al final el betis echó de menos esa ocasión.
Porque el Deportivo, al ver tantos defensas en el rival, decidió que a base de pelotazos alguna caería a Andone o a quien pasara por allí. El rumano asustó a Adán antes de que Álvarez Izquierdo viera penalti en un salto entre Borges y Pezzella. Cierto que el argentino sacó el brazo más de la cuenta, pero a otro equipo no le hubieran pitado penalti en esa jugada. El costarricense no perdonó y Víctor se quedó a cuadros... Y con todos los defensas en el campo.
 
 

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