Osasuna, una buena medicina para Rubén Castro

El Betis tiene este sábado ante Osasuna la posibilidad de dar el zarpazo definitivo para cerrar la salvación y también para que algunos jugadores puedan espantar fantasmas. O todo lo contrario. Rubén Castro, negado ante la portería rival, tiene una medicina especial ante el conjunto navarro, al que ya le ha marcado hasta siete goles.

El delantero canario, que no ve puerta desde el pasado 8 de enero, casualmente la última victoria del Betis en el Benito Villamarín, no termina de recuperar la sonrisa, alternando titularidad, suplencia y hasta ausencia en la convocatoria, y sobre el césped no se asemeja mucho al mejor Rubén. 
Ante el Real Madrid ya fue el primer sustituido y su compañero en ataque ese día, Tonny Sanabria, sí aguantó hasta el final, cuando en otras temporadas o al inicio de la actual era impensable ver a Rubén camino de los vestuarios tan pronto y con menos protagonismo que sus compañeros.
Rubén vivió hace justamente una vuelta uno de sus momentos más complicados en el Betis, ya que Gustavo Poyet, por entonces entrenador verdiblanco, decidió dejar al delantero en el banquillo. Sólo salió a falta de diez minutos y el Beti ganó ese encuentro gracias a un gol de falta de Felipe Gutiérrez.