Domingo de Palmas

Víctor Sánchez del Amo puede respirar ante el partido de esta jornada. Tiene la suerte de que juega lejos del Benito Villamarín y, además, que buena parte del beticismo, sobre todo el más hastiado, estará mucho más pendiente de disfrutar de las cofradías del Domingo de Ramos que en ver a su equipo en el estadio de Gran Canaria.

En todo caso, eso no deja de ser un consuelo absurdo y si el Real Betis no regresa triunfal a esa Jerusalén que es Sevilla –permitan el descuelgue pregonero-, el entrenador madrileño vivirá una Semana Santa de penitencia que podría desencadenar en su entierro como técnico verdiblanco. Sin opción de resucitar al tercer día, claro.
Apenas una reacción fulgurante en estas últimas jornadas podría servirle a Víctor para recuperar un crédito que ha perdido a pasos agigantados en las últimas semanas. Debería empezar ya. Un Domingo de Ramos en Las Palmas, valga la redundancia, sería lo ideal para comenzar una nueva andadura que, aunque no llegue a ningún sitio, al menos haga más felices los fines de semana a los béticos.
Sin Piccini lesionado, Brasanac sancionado y Donk que se ha quedado en Sevilla, lo lógico es que entren en el equipo Rafa Navarro y Mandi, además de Petros, que recuperará su puesto en el once tras haberse visto superado por el croata en las últimas semanas. Más dudas caben en la delantera, aunque si Víctor vuelve a jugársela sin Rubén Castro –que regresa a Las Palmas- tendría que tener mucho cuidado si le sale rana. Lo normal es que el goleador vuelva a acompañar a Sanabria.
También bajan las aguas revueltas en tierras canarias, pues Quique Setién ha confirmado esta semana que no va a continuar y puede pasar cualquier cosa teniendo a Miguel Ángel Ramírez como presidente. En términos más deportivos, recupera el entrenador cántabro a Pedro Bigas, que no jugó el pasado jueves por sanción, en un choque en el que reservó a muchos hombres.