La (auto)exigencia del Betis

Aunque sea por deméritos de los rivales, que van camino de dejar la permanencia más barata de los últimos años, el Betis tiene la oportunidad este domingo de espantar fantasmas, volver a respirar con tranquilidad y mirar al futuro con cierto optimismo. Pero todo ello dentro de una exigencia previa, o incluso autoexigencia. El objetivo de quedar entre los diez primeros ya es una quimera y lo único que le queda al Betis, salvo hecatombe, es finalizar la Liga de la forma más honrosa posible.

Para empezar, dar el primer paso, el Betis de Víctor debe hacer del Benito Villamarín aquel fortín de sus inicios en el banquillo verdiblanco, cuando ganó ante la UD Las Palmas, Athletic y Leganés, en la Liga, y el Deportivo, en la Copa. Desde entonces sólo un triunfo (al colista Osasuna) y muchas dudas que han empezado a hartar a los aficionados, deseosos de irse a casa con tres puntos cada jornada.
Pero esa exigencia no llega sólo a los jugadores y al entrenador, que siempre habla de estar en el camino de lograr las victorias. Porque los dirigentes del Betis también saben que su futuro pasa por el césped, a pesar de haber llegado a un acuerdo con Bitton Sport y mantenerse fuertes en el puesto. Las palabras de Ángel Haro al inicio de la temporada no se han visto muchos meses después y hay bastante dinero en juego que el Betis puede dejar de ganar, según el puesto en el que quede.
Ahora mismo, con la victoria del Deportivo, el Betis es decimosexto, a nueve puntos del descenso, pero muy lejos del décimo. Y entre ese décimo y la posición actual hay unas cifras considerables de dinero, además de la obligación de rebajar los abonos un 10 por ciento a los actuales socios la próxima temporada.