Galera: "No vendí a Farusa, falsificaron mi firma"

Mientras la actualidad deportiva del Real Betis pasa por la concentración de Montecastillo y la más que probable marcha de Dani Ceballos al Real Madrid, el difícil entramado societario de la entidad ha vivido este lunes un nuevo capítulo del juicio que se sigue contra Manuel Ruiz de Lopera.

En la Audiencia Provincial han comparecido los exconsejeros Óscar Arredondo y Rufino González, pero especialmente interesante era la de Hugo Galera, el gran archienemigo de Lopera.
El que fuera presidente del Betis ha tocado diversas cuestiones:
La conversión a Sociedad Anónima Deportiva. “Nos hacía falta un crédito de 300 millones. Conseguimos el aval del Ayuntamiento y el de los directivos. El estadio no estaba vendido a Proinsur. Sin la anuencia de la asamblea era imposible. Fue algo entre el anterior presidente y Proinsur.  Yo no hice ese contrato, que quede claro”.
Así llegó Lopera. “En el 88 estaba en Segunda y, sin dinero, lo subí en el 89. Volvió a bajar porque no teníamos estructuras. Inicié gestiones para encontrar personas que avalaran. No a todos los vi voluntariosos. No me encontré a gusto con ello. Quería llevarlo todo adelante yo solo. El vicepresidente me pidió que lo relevara. José León conocía mucho a este señor. Me propuso a Lopera. Estaba dispuestísimo a entrar. Tenía tanta ilusión en entrar que me fue difícil negarme. Lopera tenía auténtica vocación, inicialmente se portó muy bien. Cumplió el programa bien al principio. Yo me dedicaba a la economía mayor, la conversión y el plan de saneamiento, y a Lopera lo nombré vicepresidente para la menor”.
El proceso de conversión. “No quise asumir los 400 millones, no pude, porque era imposible. Lopera se había ganado a la mitad de la junta directiva. Me pedían que las comprásemos a medias él y yo. Al principio era colaborador. Pero a esas alturas ya había sacado la patita. Su interés era quedarse con el Betis. A lo sumo, yo 200 y él otros 200. Nunca seríamos capaces de ser socios, con esa suma, del señor Lopera. Antes de Lopera todo se hacía con recibo. Cuando entró Lopera, todo cambió. Aquello era un mareo. Incluso lo que ponía yo se hacía con pagarés, contravales, letras y demás.  Esos eran los mecanismos de supervivencia del Betis. Juegos de avales, letras, contravales, giros… Yo no llevaba la parte económica menor. Cuando me decían que había que poner dinero lo ponía. No me gustaba aquello”.
No vendió a Farusa. “No reconozco que yo haya vendido acciones a Farusa. Han falsificado mi firma. Yo no compré esas acciones. No figuran en el listado. Lopera reventó todas las opciones. Él ponía todo el dinero, decía. La respuesta no llegó a mis manos. El 30 de junio firmé la escritura de mala gana. Todo se había hecho manipuladamente. No tenía más remedio. Firmamos bajo amenazas el 1 de julio. Nos tendríamos que tragar el crédito”.
Luis Oliver. “He visto tres veces a Oliver. Una vez en mi clínica, otra vez en el despacho de mi hijo y otra en el hotel. Las tres veces vino a ofrecerme algo. Venían a que le dedicara un libro mío. Me hablaba fatal de Lopera. Me propusieron soluciones económicas. Planteamos varias, pero no pasó de ahí. Me cayó muy simpático Luis Oliver. Me dijo que mi nombre debería aparecer otra vez en la fachada del estadio. Quitó mi nombre Lopera y saltó sobre él, según me dijeron. No me reuní, yo recibí a Luis Oliver. Que quede claro. Reunirse es cuando dos personas tienen intención. Él vino a verme y yo tuve la cortesía de recibirlo. Hablamos superficialmente de cosas económicas y supuestos. Oliver siempre se portó correctamente conmigo”.