El sueño de celebrar un gol en el Villamarín

Los sueños se cumplen si así lo deseas. Y así lo citó el diplomático Colin Powell; "Se necesita sudar, determinación y trabajo duro para conseguirlos". Un sudor que ha forjado la carrera de un ariete curtido en mil batallas, adquiriendo un merecido reconocimiento a base de 'destrozar' redes rivales. Y eso espera hacer Sergio León el próximo viernes, ante una posibilidad idílica para resarcirse y anotar el ansiado gol en el Villamarín. Inmerso en un mar de críticas desesperadas, el jugador quiere demostrar su valía y rentabilizar el por qué de su llegada a Heliópolis. Ante el Celta, la ocasión perfecta. El ariete quiere cumplir el sueño de celebrar un gol en el Benito Villamarín, como así se lo prometió a su padre.

Cabe remontarse siete años atrás para vislumbrar el primer sueño cumplido de Sergio León y recordar cómo una lesión brindaría la ansiada oportunidad al atacante. Las molestias que aquejaba Juanma, obligaron al por aquel entonces técnico de la entidad, Víctor Fernández, a meter un revulsivo y en el banquillo apareció él. Un delantero que brilló en las categorías inferiores y que obtendría su merecido saldo. Un debut agridulce empañado por la victoria del Girona, pero que obtuvo como premio el primer calor de una afición.
Sin suerte en el primer equipo, la ausencia de minutos le obligó a buscarlos fuera para obtener la madurez futbolística necesaria y progresar así en su carrera. El destino cruzaría los caminos en mayo de 2015, de nuevo en la división de plata. El Llagostera visitaba Heliópolis con la complicada misión de consagrarse y consolidarse en la categoría. Tras ausentarse en el enfrentamiento copero, el choque de vuelta doméstico 'regaló' veinte minutos al delantero, que tampoco consiguió anotar en un partido que finalizó con tablas en el marcador.
El dicho no se cumplió y a la tercera tampoco fue la vencida. En marzo del pasado curso y ya consolidado como uno de los mejores arietes del panorama nacional, el delantero de La Palma del Río visitó el Villamarín como referente de un Osasuna deshauciado, y con un estadio a reventar que deseaba y pedía a gritos la vuelta del canterano. La suerte, de nuevo, no se alió con el jugador y se marchó de vacío del feudo verdiblanco. 
Tras ello, diez goles y dos asistencias le han valido volver al equipo de "su vida". El objetivo con el que soñó desde pequeño se cumplirá este viernes, siendo la referencia del equipo y el estandarte de una afición necesitada de tardes de gloria. Ante el Celta, la oportunidad de celebrar el primer gol en 'su' casa y conseguir el ansiado sueño que ha tardado 28 años en cumplirse.