Regresar a casa siempre es especial. Si además ves cumplido uno de tus deseos, la felicidad ocupa el doble. Y eso es lo que sentirán miles y miles aficionados del Real Betis cuando 103 días después vuelvan a subir las escaleras del Benito Villamarín. Un 'nuevo' hogar que, tras años de espera, ve cómo las promesas de su remodelación se ven cumplidas.
Y por ello este 25 de agosto no es un día cualquiera para el bético, porque él sabe que todo vuelve a empezar, que la ilusión vuelve a rebosar por mucho que las temporadas anteriores hayan sido un cúmulo de fracasos. Pero esta vez será distinto. O ese es el pensamiento que inunda a gran parte de la afición a horas de volver a enfundarse la elástica verdiblanca. Porque la esperanza siempre gana, porque de ilusiones se vive y porque, a las puertas de un nuevo curso, el convencimiento de que este año sí será el bueno está más que asumido.
Y será otro año igual. No en resultados; sí en lealtad. Porque a pesar de las derrotas, pese a los constantes varapalos y aunque los recuerdos de las grandes tardes de gloria queden cada vez más lejos, el beticismo ha vuelto a responder. El club ya ha anunciado que el reto de los 50.000 está cada vez más cerca y el corazón de Heliópolis se prepara para latir con la misma fuerza que lo hace cada temporada.
Llegó el día. El Betis regresó a su casa. Y allí estarán los béticos, dejándose la garganta en cada acción, tratando de llevar al equipo en volandas a la par que ondean las bufandas y aferrándose con fuerza a los que están en el cuarto anillo para empujar en busca del gol. Por eso estarán. Por eso permanecerán. Porque uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz.
Deseando volver a verte, te quiero betis
Precioso artículo lleno de sentimientos. Lo que es el Betis, sentimientos Unidos por una pasión.