Un estilo, un gran problema

Cuando el Betis fichó a Quique Setién nadie tenía dudas de que el equipo iba a intentar jugar bien al fútbol, que la alegría podría volver al Benito Villamarín. Pero tampoco había dudas de que este nuevo Betis iba a dar muchos sustos, unos errores que casi siempre suelen costar muy caros. Y es lo que ha pasado ante el Villarreal, ni más ni menos. Un fallo de Adán cambió el devenir de un partido que el Betis tenía controlado. Un Betis made in Setién.

Pero no fue el único fallo decisivo, porque con 1-1, ya en la segunda parte, Tello se plantó ante Barbosa y demostró estar con poca confianza. Tan grave el fallo de Adán como el de Tello, aunque el del portero llame más la atención. Con los béticos aún lamentándose, llegó el 2-1. Con tan poco el Villarreal había encontrado el oro para prolongar la mala racha de Setién a domicilio y apagar de un plumazo las buenas sensaciones del nuevo Betis. El gol de Unal ya fue la puntilla que corrobora que a Setién le queda mucho trabajo por hacer.
Porque este es el Betis de hoy. Elogios por un momento y palos por otro. Así fue la primera parte en el Estadio de la Cerámica, donde dio su mejor cara y también un error que costó caro. Adán, que estuvo soberbio ante Bacca y Bakambu, apareció en la foto en la que nunca quiere aparecer un portero. Falló en un control tras una cesión peligrosa de Amat, poco listo en la jugada, y su despeje no fue certero. Y eso, ante Bacca, es la muerte. El colombiano no falló en la definición y apagó el ímpetu del Betis, que hasta ese momento tenía muy controlado el partido.
Adán apareció en la foto en la que nunca quiere aparecer un portero. Un grave error costó el primer gol del Villarreal
Y tanto, sobre todo tras el gol de Sergio León después de una sensacional jugada colectiva que inició... Adán. Es lo que tiene este Betis made in Setién, ese fútbol de taquicardia que  enamora si acaba bien pero que te da un cabreo inmenso cuando ocurre lo que pasó con Adán en el empate. Sergio León, infatigable en su empeño, sólo tuvo que cabecear a la red un gran centro de Joaquín, que demostró durante muchos minutos estar en un momento espectacular.
El Villarreal se creció con el empate, con un Rodri inmenso en la medular. El canterano hizo temblar la portería de Adán con un disparo desde la frontal que acabó en el poste. Luego el turno fue para Manu Trigueros, que no remató por poco. El Betis estaba tocado y lo mejor era el descanso, porque ya en ataque el equipo de Setién no estuvo tan fino. Un alivio para todos, pero sobre todo para Adán, que las dos siguientes intervenciones con el pie tras el gol del Villarreal fue para dar dos balonazos. También vale en el fútbol.

El fallo de Tello

Tras el descanso el Betis volvió a aparecer pero en el fútbol no se puede perdonar. Tello tuvo el 1-2 en sus botas en una de esas cabalgadas que estaban esperando ver los béticos, pero al llegar a Barbosa se le cerraron los ojos. Un remate sin confianza para dar vida al Villarreal, que no perdona. Tras una pérdida del ex del Barcelona, el balón llegó a Samu Castillejo, que se inventó un disparo con parábola ante el que nada pudo hacer Adán.
Ese gol fue una losa para el Betis, ya sin Sergio León sobre el césped y sí con Sanabria. Otra vez de suspenso el delantero paraguayo. Entró Guardado tarde, ya descansado pero sin tiempo para coger ritmo, sin tiempo para hacer su fútbol. Sí lo tuvo Unal para setenciar ante un batido Adán. Es el Betis de Setién, quien se haya subido al barco ya sabe lo que le espera. Para bien y para mal.
 
 

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