Créanselo. Disfruten. Duerman felices, amigos béticos. Porque el Betis está volviendo a ilusionar a su gente como hace tiempo no lo hacía. Un vendaval de fútbol y goles en 15 minutos para arrasar al Levante, invicto hasta su visita a Heliópolis. Porque este Betis, este nuevo Betis, es otro. Creánselo, disfruten y duerman felices. En Europa y con un futuro muy ilusionante. Por algo tan bonito bota el Villamarín.
El Betis de Quique Setién, el Betis de Lorenzo Serra Ferrer y también, porque han cambiado en este proceso de cambio, valga la redundancia, el Betis de Ángel Haro y José Miguel López Catalán. Al final la exigencia ha venido bien para callar bocas y hacer un buen equipo de fútbol. Es lo mínimo que se merecía su afición, la que ahora celebra los goles y olés al ver lo bien que juega su equipo.
Setién había avisado de una premisa clara para ganar al Levante: tener paciencia. Con el cuerpo lleno de euforia tras el subidón del Bernabéu, el bético pensaba que el partido ya iría 2-0 en el minuto 10 y nada más lejos de la realidad. El equipo de Muñiz está tan trabajado que es muy difícil crear ocasiones de gol. Y a la contra, su principal arma en el Villamarín, suele llevar peligro. Morales pareció Usain Bolt en una carrera con Amat, hasta que el central tuvo que hacer falta al borde del área. Fue el único peligro visitante en la primera mitad.
Porque el Betis siempre tuvo la pelota en sus pies, aunque le faltó esa chispa de velocidad que le hubiera permitido sorprender al entramado defensivo granota. Demasiada lentitud en en las transiciones y el juego de ataque, sólo cuando el balón caía en los pies de Guardado o Joaquín se olía el peligro. Poco, pero algo hubo para que el bético se levantara de sus asientos. Fue Sergio León quien casi sorprendió a un tranquilo Raúl, en el único disparo peligroso antes del descanso.
Y del tedio, al éxtasis. Otra vez ese estilo que tan bien ha calado en el beticismo, sobre todo porque está dando alegrías. Una jugada al primer toque de ocho jugadores que acabó en otro perfecto cabezazo de Sanabria. Como en el Bernabéu, pero en el Villamarín. Como ante el Real Madrid, pero esta vez era el Levante. El paraguayo hizo lo mismo que unos días atrás, ahora el regalo le llegó de Sergio León.
Fue el primer alegrón de una noche que tendría más sorpresas. O no, según se mire, porque la aparición de Fabián ya sorprende a muy pocos. Tras sacar sobresaliente en Madrid, el canterano se fabricó un auténtico golazo de box to box. Setién creyó en Fabián y Fabián está respondiendo de la mejor manera posible. Vaya golazo. Un golpe demasiado fuerte para este Levante, que todavía no sabía lo que era perder un partido.
Hacía tiempo que el Villamarían no vibraba tanto su equipo. Es muy fácil: esto llega con un buen equipo, un buen entrenador y muchas victorias. Punto y final. Tan sencillo pero tan difícil de ver en Heliópolis en los últimos años. Y en estas que apareció Durmisi para poner la locomotora en marcha y mandar un centro perfecto a Sergio León. Era imposible fallar esa ocasión, sobre todo por el hambre que tiene el cordobés.
El Villamarín comenzó a cantar cada pase con olés, a recordar cómo se hacía la ola. Y si mete Sanabria de chilena se hubiera caído el estadio. Luego no falló otra contra que había ideado un gran Fabián. Otro mérito de Setién: recuperar al paraguayo. Van sólo seis jornadas, pero el Betis tiene 12 puntos. Es quinto, a un punto del cuarto, pero con un futuro prometedor. Será complicado hablar de Europa, aunque al bético no le hace falta. Está disfrutando tanto...
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A un punto del cuarto.. Madre mía.. A un punto del tercero, el cuarto tiene los mismos puntos. De nada