El fútbol es la única religión que no tiene ateos y sino, que se lo pregunten al aficionado bético. El Real Betis cayó derrotado en la última cita que vivirá el Benito Villamarín en 2017, merced a un encuentro que lastró las opciones de acabar el año con miras europeas. Lejos de mostrar su malestar tras un choque en el que el conjunto verdiblanco podría haber confirmado su resurrección deportiva, la parroquia verdiblanca no se quiso marchar de su feudo sin mandar un último soplo de aliento a los suyos, a dos semanas del derbi sevillano.
Por ello, el incesante despliegue de cánticos no marchitó hasta pasado el cuarto de hora una vez finalizado el encuentro, donde la afición y la plantilla tuvieron un íntimo ápice de unión, de cara al primer envite de 2018. La hinchada, abanderada por la Grada Gol Sur 1907, cumplió su llamamiento inicial para ofrecer el mejor de sus deseos para el derbi y alentar a su equipo antes de tal importante cita.