El 28 de diciembre de 2017 se ha podido convertir, inocentadas fuera, en un día importante en la historia del Betis, pero no tan importante como debería haber sido. El llamado Betis de los béticos ha tomado su forma, una gran realidad pero no sólo por la participación de muchos béticos en la compra de acciones tras la ampliación de capital. El Betis sigue siendo de los béticos porque, salvo que alguna mienta, los que mandan y los que han comprado son del Betis.
Que haya 13.000 accionistas en la actualidad y de los cuales un 80 por ciento sean nuevos no significa que el Betis esté en manos de los béticos llamados de base. Porque tanto los actuales dirigentes como todos aquellos que han querido mantener su cuota accionarial han reaccionado de una forma clara: comprando acciones, gastando dinero. Salvo Lopera y Oliver, los que tenían muchas acciones siguen teniendo muchas o más acciones. Aunque el de El Fontanal también ha querido participar en este proceso de compra de acciones baratas.
En total, casi un 40 por ciento de las acciones está en manos de grandes accionistas y el resto, muy repartido, como los premios de Navidad. Y en cabeza, tras los pactos, compras y ventas, está la pareja Ángel Haro y José Miguel López Catalán, que efectuaron un fuerte desembolso en la etapa de las acciones caras para no perder el tren.
Después siguen otros accionistas de peso como Manuel Castaño, Hugo Galera o la familia Salas (los ahora llamados opositores), aunque la aparición por sorpresa de Joaquín Sánchez, Lorenzo Serra Ferrer y otros béticos han aumentado la competencia en este aspecto... y también serán claves para futuros pactos por la presidencia del Betis.
Y en esta guerra de acciones han quedado señalados casi todos, unos por el afán de continuar en el poder y otros para no perder su cuota accionarial. Todo, claro está, dentro de la legalidad, como renunciar o no al derecho de suscripción preferente. Cada uno hace con su dinero lo que cree conveniente, cada uno se gasta en el Betis lo que puede o quiere. Pero ese Betis de los béticos tiene muchos matices...