Levántense, ya ha pasado la noche más mágica del año ¡han llegado los Reyes Magos! Abran los regalos, disfruten de las sonrisas de los más pequeños, del roscón y coma en familia. A la ciudad de Sevilla, Sus Majestades le han traído una triunfal cabalgata, desafiando a la lluvia, y también el partido de fútbol más mágico de España. ¡Han echado derbi sevillano!
Por tercera vez en la última década, el simpar duelo entre el Sevilla FC y el Real Betis Balompié marca la tarde del Día de Reyes, dejando en un segundo plano a las cabalgatas que en este día tan especial pueblan los barrios de la ciudad. Los niños que le hayan pedido en su carta a Melchor, Gaspar o Baltasar ver a su equipo ganar al de su compañero de clase tan pesado no tardarán en conocer si se le ha concedido el regalo. Si no, al menos tendrán el día 7 para jugar con los presentes materiales antes de regresar a clase y aguantar los chascarrillos de los del otro equipo. Sus amigos, pese a todo.
Y es que, aunque para algunos sea inoportuno, quizás haya pocas fechas que reflejen mejor el espíritu del derbi que las navideñas. Fechas en las que se comparte tanto que hasta algunos verán el partido de su equipo junto a aficionados contrarios. Ese es el verdadero derbi, el gran derbi que ahora vende LaLiga Santander, pero que en tantas ocasiones ha sido maltratado por propios y extraños.
En lo deportivo, la importancia del envite esconde un poco que ambos equipos no llegan nada bien. El Sevilla, tras un mes de diciembre penoso tuvo que cambiar de entrenador, y al menos ya ha iniciado el año con victoria, aunque fuera ante un Segunda y en la Copa. El Betis, por su parte, sólo ha ganado un partido en los últimos dos meses y medio, pero al menos cuenta con la baza de que no está en proceso de reinvención. Aun así, es tan importante el derbi que miles de aficionados han ido a los entrenamientos a alentar a los suyos y, de paso, recordarles que se juegan mucho más que tres puntos.
Montella sacó en Carranza un once que podría ser el titular de este sábado sino fuera porque Pizarro no podrá ser de la partida. En el sustituto del argentino está la gran duda. La versión más conservadora sería alinear a Geis o a Krohn-Dehli junto a Nzonzi, la más atrevida, colocar ahí a Banega y más adelantado a Franco Vázquez. Otra incógnita es quién ocupará el lateral derecho, si Mercado –goleador en sus dos derbis-, como venía siendo habitual con Berizzo, si Corchia, titular en Cádiz, o Jesús Navas, con el que ha ensayado en ese puesto.
Menos dudas hay en el once bético. Quique Setién, que tendrá que ver el partido junto a Eder Sarabia lejos del banquillo, tiene únicamente la baja del sancionado Jordi Amat, además de las de larga duración de Sanabria y Campbell, por lo que apenas hay incógnitas. Si acaso, si jugará Fabián o Camarasa. Lo que sí espera el beticismo es volver a ver a Rubén Castro sobre el verde. El cántabro ha confirmado que irá convocado, pero que le falta tiempo, por lo que en el caso de que ingrese en el partido lo hará desde el banquillo.
El favoritismo, debido a múltiples variables, recae desde hace años en el Sevilla, pero Montella ha querido despejar ese fantasma en la previa. No le gusta esa idea, pero lo cierto es que en Nervión tienen mucho que perder. La afición se soliviantó en los últimos tiempos, y ahora ese sentimiento se ha tranquilizado con los cambios, pero sigue latente. Saben en la cúpula que un tropiezo en el derbi podría provocar que se empezara a señalar al palco, y eso en el momento societario que vive el club podría dejar tocado a José Castro.
En la acera heliopolitana tampoco están las cosas demasiado mejor. Es cierto que la lógica dicta que el eterno rival es superior, por lo que cualquier resultado positivo sería un regalo de Reyes para el sufrido beticismo. Sin embargo, la afición está harta de perder derbis y tampoco es que el equipo esté para tirar cohetes, por lo que una derrota también sería un importante golpe.
Estos ingredientes hacen que, a priori, se trate de uno de los derbis más igualados de los últimos tiempos. Por desgracia a la baja. Si vuelven a traerlo Sus Majestades en un futuro, ya que son magos, que lo hagan con los dos luchando por la Liga. ¡Que no se pierda la ilusión!