El impresionante recibimiento del Villamarín al equipo
Dicen que están locos de la cabeza, y probablemente tengan razón. También que el fútbol es la única religión que no tiene ateos y sino que se lo digan a los jugadores del Real Betis. La parroquia verdiblanca volvió a demostrar el fervor que sienten por las trece barras con un recibimiento único, que repletó de colorido el Benito Villamarín a la salida del equipo de vestuarios.
Cuando los miles de aficionados entonaban el himno, las manos de la hinchada se alzaron al cielo para forjar una lluvia de papelillos que alcanzó hasta el mismo terreno de juego y que ofreció una imagen espectacular para arengar a los suyos. Una propuesta organizada por la grada de animación Gol Sur 1907 y todos sus colectivos, que ha sido secundada por el resto del estadio brindando una imagen para el recuerdo.
Y es que no hay quién pueda, con esta afición...